El día en que Barack Obama humilló a Donald Trump

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En una cena para corresponsales en 2011, el demócrata se burló del empresario.




Hace tiempo se escribió que Donald Trump pretende ocupar la Casa Blanca y dirigir al Ejército de Estados Unidos y sus armas nucleares motivado por una humillación.

Ocurrió en la cena para corresponsales de 2011 de la Casa Blanca, donde políticos y periodistas apiñaron sus egos en la sala más elegante del Hilton para alardear, atiborrarse y elucidar, de nuevo, quién ostenta más sentido del humor: acaso el Presidente de Estados Unidos o Seth Meyers, el comediante contratado para la ocasión.

Esa noche, Barack Obama decidió, con el apoyo de sus redactores de discursos, que había llegado el momento de gastar algunas bromas a expensas de Trump, que había encabezado los esfuerzos por deslegitimarlo al poner en duda su lugar de origen.

Días antes, el estado de Hawai emitió el acta de nacimiento de Obama, lo que confirmaba (en caso de que alguien lo dudara) que había nacido en un hospital de Honolulu. El Presidente bromeó en su discurso y dijo que estaba dispuesto a ir "aún más lejos" y divulgar su "video de nacimiento".

Esa noche, los comensales del Hilton vieron un fragmento de la película El rey León.

Obama sabía que Trump estaba en la sala, sentado en la mesa asignada al Washington Post. Y lo destrozó. "Sé que últimamente ha armado cierto revuelo, y que nadie se siente más orgulloso que Donald de haber despejado, por fin, el enigma del acta de nacimiento", dijo el demócrata, mientras cientos de ojos se posaron en Trump.

"Ahora, al fin, puede volver a temas de mayor trascendencia, por ejemplo, ¿el alunizaje fue un simulacro? ¿Qué ocurrió realmente en Roswell? ¿Dónde están Biggie y Tupac?", remató el jefe de Estado.

Trump, según una crónica del escritor David Remnick, frunció el ceño, tensó la mandíbula y apretó los labios: "Estaba profundamente disgustado. Lo suyo no era sonreír y tomar las cosas con ligereza. Y se notaba".

La historia la cuenta el periodista de The New Yorker, Mark Singer, en El show de Trump (Debate), aunque Donald J. Trump, el hombre de ego rampante, con fondos holgados y más necesidad de atención que un recién nacido, lo ha negado.

Incluso, la misma historia se ha encargado de ocultar la escena: la noche que Obama humilló a Trump frente a los periodistas pasó a segundo plano cuando el primer Presidente afroamericano de Estados Unidos anunció, horas más tarde, luego de una interrupción, que un equipo de las fuerzas especiales de su Ejército había matado a Osama bin Laden.

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