Economista y académico de la U. de Chile: "Es difícil terminar con el lucro si se mantiene la posibilidad de arrendar colegios"

El académico, que participó en la elaboración del proyecto que propone el fin al lucro, considera que es fundamental que los sostenedores sean dueños de sus colegios.




Cuando el equipo del Mineduc supo que antes de los 100 días de gobierno tenía que ingresar la primera parte de la reforma educacional que buscaba terminar con el copago, selección y lucro a nivel escolar, el gabinete comenzó una búsqueda exhaustiva por las principales universidades del país. Uno de los seleccionados fue el economista de la U. de Chile, Daniel Hojman, quien junto a otros expertos diseñaron el proyecto que hoy se discute en el Congreso. Su participación se centró especialmente en responder cómo se puede terminar con el lucro en el sistema educacional.

Según sus estimaciones, los sostenedores retiran anualmente cerca de US$ 400 millones en utilidades. "Es decir, no se utilizan estos montos en la sala de clases. Cuando tú piensas en el tema de cómo se termina el lucro, estás diciendo que no puede haber un retorno al capital, así de simple".

La primera parte de la reforma ha recibido varias críticas, ¿le parecen injustas?

Creo que se han escondido los grandes consensos y disensos. Hay que tener claro que esta es la oportunidad para heredar un sistema educacional lo mejor posible para las futuras generaciones y aún falta una actitud de entender lo importante de este tema.

Mi sensación es que es el comienzo de una reforma y creo que hay dos grandes definiciones que hace el proyecto. La primera, estipula un nuevo régimen escolar para los colegios que reciben subsidios del Estado y la segunda define una transición hacia ese régimen.

Creo que lo primero que uno debiera hacer para tener un debate productivo es ver si estamos de acuerdo con los principios de este nuevo régimen, que es hacia donde queremos llegar. La discusión de fondo es si ¿queremos o no terminar con el lucro? Si hay consenso en esa materia, hay que entender también que no es gratis terminar con esta anomalía.

A su juicio, ¿cuáles son las mayores trabas?

Primero tenemos que ver  si estamos de acuerdo con este nuevo régimen y con que queremos cambiar el paradigma. En Chile, casi el 85% de los colegios particulares subvencionados son con fines de lucro, y algunos de estos actores, no todos, efectivamente buscan un retorno del capital. El capital, la gran inversión son los inmuebles, más el equipamiento y otras cosas, pero el grueso son los inmuebles, y lo que la gente está buscando cuando está invirtiendo en esto es un retorno a esa inversión. Cuando tú piensas en el tema de cómo se termina el lucro, estás diciendo que no puede haber un retorno al capital, así de simple. No puede haber retorno, porque eso es el lucro, que es básicamente el excedente después de pagar los insumos operacionales; son los ingresos menos los gastos, pero esos gastos no incluyen el retorno que le estoy exigiendo al capital.

Pero hay sostenedores que efectivamente solo retiran una retribución justa, o sea su sueldo, ¿o no?

Hay distintos tipos de sostenedores. Una gran cantidad son pequeños, que son profesores, y que efectivamente pueden tener un excedente, que operan bajo una forma jurídica que es una sociedad con fines de lucro, pero el retorno que están obteniendo no se debiera interpretar como un retorno al capital, sino como una remuneración por la gestión, y el proyecto permite eso con cargo a la subvención.

Ahora, una cosa son las remuneraciones asociadas y otra cosa es el retorno al capital. Legalmente esto se puede hacer, el Estado lo permitió no solo legalmente,  sino que  el Estado estimuló a privados a que se metieran en el sistema.

¿Tiene alguna estimación de cuánto dinero se desvía del fin académico al retiro de utilidades o pago de arriendos?

Es una estimación gruesa del orden de US$ 400 millones, que representa cerca de un 15% de los ingresos totales del sistema particular subvencionado. Por eso digo que el lucro es ineficiente, porque por un lado tienes que los inmuebles no son propiedad de los sostenedores y además, hay un montón de recursos que no están yendo al servicio.

¿Ese es el argumento para que el Estado compre los colegios?

Si es que tú quieres mantener la continuidad de servicio en algunos casos, probablemente sí. Se puede dar el caso de un sostenedor que diga yo invertí en este colegio y ahora me dicen que no puedo lucrar más, mejor me voy del sistema. Entonces, si tú quieres mantener ese establecimiento funcionando como colegio vas a tener que compensar al dueño de la infraestructura. Esta opción sería la transición de cómo llegaríamos a un sistema sin fines de lucro, lo que tú quieres como objetivo es poder cumplir con lo que te comprometiste y por otro minimizar los cierres y que en el proceso no se disminuya la calidad, sino, sería un contrasentido. Entonces la pregunta es ¿cómo haces para garantizar la continuidad del servicio? la única forma de garantizarlo es tener algún grado de control sobre los inmuebles, que te permita asegurar que siga existiendo el colegio, que no se va a cerrar. A mí me parece liviano decir que estas son compras de fierro, porque lo que tú estás haciendo es generar opciones. Tienes que garantizar dos cosas: una es que la gente tenga una compensación que le permita resarcir su inversión y mantenerse en el sistema. En el fondo, aquí la idea es que ojalá la gente que estaba operando con fines de lucro y se le paga su inversión siga educando y aporte su experiencia y proyecto educacional. En todo caso la compra es una de las opciones, lo más probable es que la mayoría de los sostenedores opten por ser dueños de sus propios inmuebles.

¿Siempre se pensó comprar colegios y que los sostenedores que sigan en el sistema sean dueños de sus inmuebles? 

Creo que el proyecto tiene ciertas imprecisiones que hay que mejorar y considerar ciertos casos que no estaban siendo contemplados, y que habrá que mejorarlos. Hay gente que le arrienda a terceros y el proyecto hoy por hoy no tiene nada explícito con respecto de eso. Incluso podría ser que el sostenedor no pueda comprar porque el dueño no quiere vender.

Lo que es complejo y no es trivial es el tema de seguir en un sistema con muchos arriendos. Gran parte de los colegios le arrienda los terrenos a inmobiliarias. Sería difícil terminar con el lucro si se mantiene la posibilidad de arrendar colegios para siempre con sociedades relacionadas, además. Si quieres generar un cambio, tienes que tratar de que se conviertan en fundaciones y que estas sean propietarias de sus propios inmuebles o bien que los colegios funcionen en infraestructura pública. Sin embargo, puede haber otras fórmulas.

Además, contar con algo menos de la mitad de la propiedad en manos de inmobiliarias va más allá del tema del lucro y tiene que ver con que en la práctica tú no eres capaz de garantizar necesariamente la cobertura de un montón de alumnos.

¿Cuáles son los riesgos en ese sentido?

Por ejemplo, podría venir un boom inmobiliario que haga que el dueño venda, o una recesión que haga insolvente la situación y el sostenedor venda. Además, se habla de que hay un gran gasto asociado a la compra de colegios, que aún no es posible definir, pero no se dice que los dineros de los sostenedores para cancelar arriendos y dividendos vienen desde las subvenciones estatales. Eso ilustra lo anómalo que es el sistema y la pregunta es si queremos regularizarlos y parecernos más a países desarrollados o si queremos pagar ese costo. De comprar, los sostenedores o el Estado al año 15 nunca más tendrían que desembolsar dinero para pagar un arriendo. Y ese dinero que antes se destinaba a eso, ahora irá directamente a la sala de clases.

Entonces, hay un montón de ahorros futuros que no se consideran en ese cálculo: te gastarás $ 150 millones anualmente en infraestructura, es verdad, pero eso será en 15 años, de ahí nunca más. Cuando el Fisco le pasa un recinto a una escuela municipal no le cobra arriendo.

¿Qué se resguarda con la compra?

Se garantiza mejor la cobertura, para tener una transición con menor riesgo de cierres, tener en la práctica mejor calidad y más aún, tener ahorros futuros, un ahorro de flujo permanente.

Pero, al parecer, molesta mucho la cantidad de años que se demorarán en pagar.

Para eso también hay ajustes. Podrías decir, por ejemplo, no quiero gastar más de US$ 100 millones al año, entonces, se podría permitir que se arriende en ese período y año a año vas comprando por grupo o bien proveerles una nueva infraestructura, lo que te alcance con ese dinero. Te demorarás más tiempo en terminar con los arriendos, pero el objetivo final sería el mismo. Hay muchas variables y ajustes que se pueden hacer.

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