EEUU cierra acuerdo sobre su papel en Afganistán tras la retirada en 2014

El secretario de Estado estadounidense dijo que su país mantendrá un "rol muy limitado" en la nación asiática, centrado en "entrenar, equipar y asistir" a las fuerzas de seguridad afganas.




El secretario de Estado de EEUU, John Kerry, anunció un acuerdo con el presidente afgano, Hamid Karzai, sobre los términos que regirán las relaciones bilaterales de seguridad tras el fin de la misión de la OTAN en diciembre de 2014.

Kerry aseguró que mantuvo conversaciones con Karzai y que alcanzaron un consenso "sobre los términos y el lenguaje final", aunque los detalles no se harán públicos hasta que sean revisados por el consejo tribal de la "Loya Jirga" (Gran Asamblea afgana), que comienza a reunirse este jueves en Kabul.

"No habrá rol de combate para los Estados Unidos. El acuerdo bilateral de seguridad es un medio para clarificar, tanto para las fuerzas armadas afganas como para las estadounidenses, qué reglas gobernarán exactamente nuestras relaciones", indicó Kerry.

Este acuerdo definirá el marco de las relaciones militares y de seguridad bilaterales tras el fin de la misión de la Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad (ISAF) en 2014, que marcará el final de una guerra que comenzó poco después de los atentados del 11 de septiembre de 2001 y se ha convertido en el conflicto armado más largo de la historia estadounidense. 

En una rueda de prensa conjunta con su homóloga australiana, Julie Bishop, Kerry, que estuvo acompañado por el secretario de Defensa estadounidense, Chuck Hagel, dijo que su país mantendrá un "rol muy limitado" en la nación asiática, centrado en "entrenar, equipar y asistir" a las fuerzas de seguridad afganas. 

"Hemos acordado el lenguaje que será remitido a la Loya Jirga, pero ahora ellos lo deben aprobar y creo que no es apropiado comentar los detalles aún", aseguró Kerry.

No obstante, como han reiterado en varias ocasiones altos mandos del Pentágono, EE.UU. contará con un contingente de varios miles de militares (posiblemente entre 8.000 y 12.000 soldados) para garantizar la estabilidad del país, que estuvo controlado por los talibanes entre mediados de los años 1990 hasta 2001 y dio refugio a Osama bin Laden, líder de Al Qaeda e ideólogo de los atentados del 11S.

La presencia militar estadounidense será, no obstante, menor de los alrededor de 48.000 soldados desplegados en la actualidad, que constituyen más de la mitad de los cerca de 87.000 miembros de la ISAF.

Los socios de la Alianza Atlántica (OTAN) seguirán aportando tropas a este contingente en el futuro, mientras dure el acuerdo bilateral de seguridad que se renovará automática e indefinidamente.

El jefe de la diplomacia estadounidense negó hoy que el "lenguaje" acordado con Karzai incluya una disculpa formal del presidente de EE.UU., Barack Obama, por los errores de la guerra, como aseguraron el martes funcionarios del Gobierno de Kabul.

"En ningún momento se ha discutido o se ha mencionado la palabra disculpa en ningún modo", aseguró Kerry, aunque no aclaró si Estados Unidos ofrecerá algún compromiso de no repetir acciones que en el pasado provocaron las quejas de Afganistán.

Según funcionarios estadounidense y afganos consultados por los diarios The Washington Post y The New York Times, las fuerzas estadounidenses que permanezcan en Afganistán utilizarán bases militares y podrán en casos muy excepcionales registrar viviendas en busca de sospechosos de terrorismo.

Otro de los puntos que están por determinar es ante qué justicia responderán los militares estadounidenses en caso de abusos o de hechos en los que hubo víctimas civiles, aunque todo apunta a que en principio en tales casos se someterán a las leyes militares de Estados Unidos.

Una portavoz del Departamento de Defensa declinó hoy hacer comentarios a Efe sobre el acuerdo, a la espera de que se haga público en su totalidad.

En junio pasado, el comando de la ISAF traspasó el liderazgo en combate a tropas afganas, aunque la falta de entrenamiento y fondos para equipamiento militar siguen siendo prioritarios para que Kabul pueda contrarrestar a los grupos insurgentes talibanes.

Desde el comienzo de la guerra de Afganistán alrededor de 3.400 soldados de la coalición han perdido la vida y estudios independientes estiman que han fallecido más de 20.000 civiles.

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