El caso que volvió a llevarlas protestas con trasfondo racial a Nueva York
El 17 de julio Eric Garner resultó muerto por asfixia a manos de un policía blanco cuando vendía ilegalmente cigarrillos sueltos.
A flor de piel se encuentra la sensibilidad racial en Estados Unidos. Las protestas con ese trasfondo se multiplican cada día por distintas ciudades del país, gatilladas por la muerte de hombres negros desarmados a manos de policías blancos y por controvertidas decisiones judiciales que exculpan de toda responsabilidad a los agentes involucrados. Así ocurrió en Ferguson, Missouri, y esta semana sucedió en Staten Island, en la ciudad de Nueva York.
Durante dos noches seguidas la Gran Manzana ha sido escenario de protestas protagonizadas por miles de ciudadanos, denunciando la violencia policial y el actuar de los agentes que muchas veces parecería estar condicionado por el color de la piel de quienes habrían cometido faltas o delitos.
El enojo callejero se produjo esta vez después que un jurado de Staten Island decidió no presentar cargos criminales contra Daniel Pantaleo, de 29 años, el policía responsable de la muerte de Eric Garner, de 43 años. A diferencia de otros casos, aquí no hay necesidad de centrarse en los testimonios de testigos o de los involucrados. Un video, grabado por un amigo de Garner, es demasiado claro para poder afirmar que los hechos ocurrieron de otra forma.
Sucedió el 17 de julio pasado, cuando Eric Garner, un hombre negro, de 1,80 metros y 150 kilos de peso, y padre de seis hijos, fue enfrentado por la policía al ser sorprendido vendiendo en forma ilegal cigarrillos sueltos. No era la primera vez que Garner era descubierto en esas circunstancias. Ya había sido detenido decenas de veces por la venta ilegal de cigarrillos, tanto así que el hombre había denunciado a los policías por un acoso injustificado para un delito menor.
De hecho, otro de los temas que ha entrado en debate a raíz de este caso es la destacada política de Tolerancia Cero, instaurada en los tiempos de Rudoph Giuliani (1994-2001) como alcalde de Nueva York. Esa política se apoya en parte en la teoría de las "ventanas rotas": sostiene que si una ventana de un edificio se rompe y no se repara, poco después aparecerán quebradas el resto de las ventanas. Es decir, que la intolerancia con los delitos menores -como vender cigarrillos en forma ilegal- es la base de una convivencia segura en la ciudad. Esa política logró reducir a niveles inimaginables los índices de criminalidad y, debido a su éxito, logró dejar en un segundo plano las arbitrariedades o los excesos que podrían cometer los policías. Hasta ahora.
El 17 de julio Garner se resistió al arresto e intentó alejarse de los agentes, por lo que Pantaleo lo tomó desde atrás y lo redujo al aplicarle una llave de estrangulamiento, prohibida por la policía desde 1994. Garner, que padecía asma, diabetes, entre otros problemas, cayó al suelo y gritó 11 veces "no puedo respirar" antes de morir. El médico forense determinó que, pese a sus problemas de salud, Garner fue víctima de un homicidio por estrangulamiento. Ese informe, el video y el fallo de esta semana, disparó el enojo en Nueva York, que ya había generado manifestaciones en agosto.
Se trata de un clima que no le conviene a Barack Obama, el primer Presidente negro en la historia de Estados Unidos, ya aquejado por otro tipo de problemas y demandas, desde la reforma migratoria, pasando por la política exterior con el Estado Islámico y Rusia al tope de sus preocupaciones, hasta la lenta recuperación económica.
Con la intención de intentar aplacar las tensiones, el fiscal general, Eric Holder, anunció que el Departamento de Justicia investigaría lo sucedido ante la eventualidad de una posible violación de los derechos civiles de Garner.
Pero a quien se le está haciendo mucho más complicado el camino es a la nominada secretaria de Justicia. Loretta Lynch, quien recibió el encargo de Obama de reemplazar al Eric Holder en el cargo, aun debe concurrir al Senado para ser interrogada, paso previo para lograr la confirmación de la Cámara Alta. Y con seguridad deberá responder preguntas del caso Garner, porque ella fue la fiscal de distrito que estuvo a cargo de la investigación por la muerte del vendedor ilegal.
Como sea, el caso de Eric Garner ya tuvo un efecto en las actuaciones policiales, al punto que las quejas civiles contra los agentes de Nueva York han disminuido en lo que va de año. Eso según datos el Comité de Revisión de Quejas Civiles obtenidos por la agencia The Associated Press. Así, mientras desde enero a noviembre de este año se presentaron 4.150 quejas contra la policía, en el mismo período de 2013 hubo 5.004 denuncias.
Comenta
Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.