El detallado relato de la mujer que afirma haber sido abusada por el príncipe Andrés de Inglaterra
El medio británico Daily Mail entrevistó a Virginia Roberts el año 2007. Sin embargo, sólo recientemente logró publicar el relato exclusivo de los encuentros sexuales que la mujer habría sostenido durante su adolescencia con el duque de York.
El príncipe Andrés, segundo hijo de la Reina Isabel II de Inglaterra, se encuentra en medio del huracán.
Este sábado fue la portada obligada de la prensa británica después de que su nombre fuera mencionado en la investigación de un caso de abuso sexual de menores que lo persigue desde hace años. La causa de ello es su amistad con Jeffrey Epstein, un multimillonario banquero de Wall Street que fue condenado en 2008 a 18 meses de prisión por requerir servicios de prostitución a una menor de edad y quien ya cumplió su pena en la cárcel.
Si bien el príncipe no está directamente implicado en este caso, su nombre salió a la luz en un documento judicial de la investigación que es llevada a cabo en Estados Unidos, en el que una mujer, llamada Virginia Roberts -que figura como "Jane Doe 3" en los expedientes- alega que, antes de alcanzar la mayoría de edad, fue esclava sexual de Epstein por cerca de tres años. Éste la habría forzado "a tener relaciones sexuales" con el Duque de York en Londres, Nueva York y en una isla privada del Caribe donde se hizo una orgía con menores de edad.
El medio británico Daily Mail entrevistó a Roberts el año 2007. No obstante, sólo recientemente logró publicar el relato exclusivo, detallando los encuentros sexuales que la mujer habría sostenido durante su adolescencia con el príncipe Andrés, obligada por Epstein. Ella alega que Ghislaine Maxwell (hija del magnate de medios británicos, Robert Maxwell), era quien hacía de "madame" de Epstein.
Roberts relata que conoció a Maxwell en 1998, un poco antes de cumplir 15 años, cuando trabajaba en el spa del club de campo de Donald Trump, Mar-a-lago, en Florida, donde su padre ejercía como auxiliar de mantenimiento.
Ya en ese entonces, la socialité era amiga de Epstein. Ambos eran conocidos en Nueva York por llevar una vida hedonista, lo que les habría permitido conocer al duque. De hecho, durante un día de fiesta en Tailandia, el hermano del príncipe Carlos fue fotografiado junto a ellos, rodeado de mujeres en topless.
Roberts sostiene que ella no tenía idea de los riesgos que corría cuando aceptó la invitación de Maxwell para que trabajara para Epstein. "Cuando la conocí le conté que mi sueño era convertirme en masajista. Ahí ella me dijo que trabajaba para un hombre acaudalado llamado Jeffrey Epstein, quien buscaba una masajista que tuviera la disponibilidad de viajar. Que me entrenarían y se me pagarían con grandes cantidades de dinero", asegura la mujer, a quien tambipen le dijeron que podría comenzar a trabajar inmediatamente.
Entonces, fue trasladada a la masión de Epstein en Palm Beach, donde, según lo relatado, las escaleras estaban decoradas con fotos de mujeres jóvenes desnudas. Tiempo despues, Roberts entendería que en ese mismo instante ella estaba siendo fotografiada por cámaras ocultas.
"Una vez ahí, una mujer me encaminó directamente hasta la pieza de masajes, donde había una suite, un shower room, un sauna y una pieza cerrada donde, más tarde sabría, se ocultaban los juguetes sexuales". Roberts cuenta que en ese cuarto, Jeffrey estaba tendido boca arriba, completamente desnudo. "Me hizo varias preguntas y tras una hora de conversación ya sabía toda mi historia. Le conté que me había fugado de casa, que había vivido en la calle, que había tomado éxtasis y que no era virgen. Ahí me dijo 'así que eres una chica mala en un cuerpo de chica buena'", recuerda Roberts.
"Jane Doe 3" afirma que luego, la misma mujer que la había guiado por la mansión le dijo que debía seguir sus instrucciones. Ahí fue cuando le pidió que se desnudara y masajeara al millonario, con el que terminaría teniendo relaciones sexuales, sabiendo que lo que estaba haciendo no era correcto. "La mujer aseguró que tenía talento para lo que acababa de hacer y me dió US$200. En ese momento pensé 'estas personas son importantes y debo esta haciendo algo bien'. Después me dijo que debía volver al día siguiente".
Roberts señala que sentía asco por las acciones sexuales que debía realizar. Pero estaba ensimismada por los aires de rico de Epstein, quien había terminado conviertiendose en un ejemplo a seguir para ella. "Jeffrey dijo que quería ser mi mentor. Sentía que él y Ghislaine realmente se preocupaban por mí. De hecho, solíamos hacer cosas de familia como ver Sex and the city y comer palomitas de maíz", asegura, agregando que igual consideraba que era "una familia enferma", donde ella era una víctima de un pedófilo siendo entrenada para servir un príncipe británico. "Él me entreno para hacer todo lo que el hombre quisiera. Tenía temor, pero habría hecho todo para mantener feliz a Jeffrey y mantener mi lugar como preferida".
Fue el año 2001 cuando le dijeron a Roberts que debía viajar a Londres. "A la mañana siguiente de haber llegado a la ciudad, Ghislaine vino a mi cuarto. Saltó a mi cama y me despertó alegremente diciendo que tendría un buen día, que iría de compras, pues necesitaba un vestido para ir a bailar con el prícipe al anochecer. Ella dijo que debía estar sonriente y muy feliz, pues se trataba del hijo de la Reina (...).
Más tarde ese día, Roberts asegura que llegó el príncipe Andrés junto a dos hombres de seguridad. Ghislane le pesentó a Roberts, a quien besó en la mejilla, como es la costumbre inglesa.
"Ghislane parcía conocer a Fergie, la ex esposa del príncipe, y hablaron hondamente sobre sus hijas. Luego ella jugó su broma favorita y le preguntó al príncipe cuántos años él creía que tenía. Él dijo que sospechaba que tendría 17, de lo cual todos se rieron. Ella diría más tarde que yo ya estaba muy vieja para Jeffrey y que por lo mismo, pronto me comercializaría".
Roberts afirma que en la cena de esa misma noche, el hijo de la Reina Isabel II la observó todo el tiempo, sobre todo su escote. "No me preguntó nada, sólo me senté ahí con una sonrisa congelada en el rostro. Ghislane luego me susurró al oído que 'el príncipe lucía realmente interesado en mí'".
Roberts tuvo su primer encuentro con el príncipe de 41 años esa misma noche en la casa de Ghislaine Maxwell ubicada en Londres. Luego de eso volvieron a EE.UU.
Luego de eso, y de forma extraordinaria, Epstein le pagó US$15.000 por haber dormido con el duque de York y por otros servicios sexuales. Sin embargo, no asegura que hubiera indicios de que el príncipe supiera que le habían pagado.
Roberts dice que hasta el día de hoy sigue siendo mortificada por su encuentro con el príncipe Andrés. "Para ser honesta, yo era estaba como emocionada de conocer al príncipe. Esa era la forma de vida a la que Jeffrey me había acostumbrado" afirma la rubia, ahora de 30 años, y que luego del encuentro recién relatado, volvió a encontrarse con el duque en la Pascua de 2001, en Manhattan.
"Yo estaba en Florida cuando me llamaron y me dijeron que me necesitaban en Nueva York", recuerda. "Cuando llegué a la mansión, Andres estaba sentado en un gran sillón de cuero detrás de la cual había una mesa llena de fotos de niñas y mujeres jóvenes, donde una de las fotos era mía. Una hermosa niña llamada Johanna Sjoberg, que trabajaba para Jeffrey, estaba sentada en su rodilla. Ghislaine me guió hacie él y sentó en su otra rodilla. Con anterioridad me había dejado claro que se esperaba que tuviera sexo con él".
Roberts asegura que vió al príncipe Andrés por última vez en la isla caribeña que era propiedad de Epstein, donde afirma que debió enterenerlo en medio de una orgía, donde participaron menores de edad rusas que no hablaban nada de inglés. "
Recuerdo que en ese momento pensé que nunca tendría una vida normal de nuevo, pero, aunque suene enfermizo, Jeffrey era mi maestro. Yo estaba totalmente en su poder. Nunca pensé en tratar de escapar", afirma la mujer, quien, finalmente, en un viaje a Tailandia -pagado por Epstein- conoció a un experto en artes marciales australiano, de quien se enamoró y se casó.
El abogado de Epstein, Jack Goldberg, dijo que las acusaciones hechas por la mujer eran completamente falsas y faltas de mérito. Sin embargo, luego de que su versión de los hechos fuera puesta en duda, Roberts sostuvo que "es por este tipo de ataques agresivos que las víctimas de abuso sexual suelen permanecer en silencio". "Esa tendencia debe cambiar. Yo no voy a ser intimidada de nuevo".
Por su parte, Ghislaine Maxwell no ha emitido comentarios al respecto, pero ha calificado previamente todas las demandas en su contra como "falsas".
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