El día que O'Higgins volvió a Perú: realizan la mayor retrospectiva del Mulato Gil
El Mali de Lima presenta muestra del retratista de la Independencia que el próximo año llega a Chile.
Nació y se formó en Lima, pero José Gil de Castro no conoció la fama antes de llegar a Chile. Su procedencia indígena lo destinaba a estar en los peldaños inferiores del sistema de castas español, pero su talento como artista lo hizo ascender. Gracias a eso, en 1813 pudo viajar en calidad de pintor a Chile, donde, a diferencia de Perú, no existía una escena artística. Gil de Castro, que pronto asumiría el apodo de "Mulato", se convirtió en el único pintor de la época y en el gran retratista de la elite virreinal. No sería para siempre. En 1817, tras la Batalla de Chacabuco, el jefe del Ejército, Bernardo O'Higgins, volvió a Santiago victorioso y con ánimo de que el triunfo definitivo estaba cerca. Fue entonces que llamó a todo aquel que quisiese ser libre a unirse de una vez por todas a la causa patriota. Gil de Castro, al parecer, hizo caso del llamado.
Desde ese año sería el pintor oficial de los libertadores americanos, inmortalizando a O'Higgins, José de San Martín y Simón Bolívar y llevando su fama a tres países: Chile, Argentina y Perú, que ahora se unen para realizar la mayor retrospectiva del artista, inaugurada el pasado martes en el Museo de Arte de Lima (Mali).
José Gil de Castro, pintor de los libertadores, que reúne cerca de 100 pinturas y objetos pertenecientes al artista, es un proyecto que partió en 2008 con una investigación de la vida y obra del artista, financiada por la Fundación Getty de EE.UU. y con el trabajo conjunto del Mali, de Perú; el Museo Histórico Nacional de Argentina, el Museo Histórico de Chile y Museo Nacional de Bellas Artes de Chile, que recibirá esta misma exhibición en marzo de 2015.
"Viajaron obras de gran valor simbólico para nosotros, como el retrato de O'Higgins y Ramón Freire, que están expuestos junto a otros grandes próceres de Sudamérica del siglo XIX. Somos la institución que posee más obras de Gil de Castro en Chile, 24 en total, y es la primera vez que salen del país, es realmente excepcional", explica Diego Matte, director del Museo Histórico, quien estuvo en la inauguración en Lima junto a su homólogo, Roberto Farriol, director del Museo de Bellas Artes. De Chile también van obras de la Pinacoteca de Concepción y del Museo de San Francisco.
EXPOSICIÓN ÚNICA
Antes de la Independencia, Gil de Castro retrató a toda la sociedad virreinal, tanto española como criolla, proclive a la corona española. De esa época son obras como Judas Tadeo de los Reyes y Borda (1815) y Fernando VII (1815). Sin embargo, tras pasarse al bando independentista, el artista se dedicó por completo a la causa, hasta su muerte en Lima, en 1837. En su tierra natal pintaría a Bolívar varias veces, a José Olaya, al coronel Clemente Ramos y al mariscal Luis José de Orbegoso.
La investigación, que también reunió a expertos de los tres países, logró identificar, por primera vez, datos cronológicos, como las fechas de nacimiento y muerte, además de otros detalles de la vida de Gil de Castro, como que se casó en 1817 con un criolla local de Renca o que si bien nunca pisó Argentina, sí pintó a varias de sus figuras claves, como al general Mariano Necochea y al coronel José Antonio Melián. "A inicios de 1820 se comienza a producir una gran demanda de retratos y los militares que llegan desde Buenos Aires también acuden a Gil de Castro. Hay que entender que en la época no había otra forma de inmortalizarse y los retratos del Mulato sirven de recuerdos que los oficiales envían a sus familias", señala el investigador local Juan Manuel Martínez.
Además de pinturas, la exposición reúne objetos como medallas que el pintor recibió por sus servicios, trajes y libros. También hay obras de otros artistas, como Pedro Díaz, pintor limeño que fue el maestro de Gil de Castro en sus inicios y que ayudan a entender su tradición pictórica. "Publicaremos un catálogo razonado que consigna 165 pinturas de su mano, una cifra altísima, que no podíamos imaginar. Además, hubo hallazgos sorprendentes, como el descubrimiento de la imagen de Fernando VII oculta debajo del retrato de un oficial chileno. Es la oportunidad de conocer la obra de Gil de Castro como nunca antes se ha visto y como probablemente no se vaya a ver nunca más", afirma la curadora del Mali, Natalia Majluf.
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