El mercado, la escuela, el hospital: cómo está Gaza a 5 meses de la última ofensiva israelí

Entre el miedo y el resentimiento, entre los retrasos y las limitaciones en la reconstrucción, el reloj parece avanzar lentamente en Gaza. 




En Gaza, parece que el reloj avanza muy lentamente desde que terminó la más reciente ofensiva israelí, el 27 de agosto.

La operación Margen Protector, lanzada por el gobierno de Israel el 8 de julio, con el objetivo de terminar con los ataques con cohetes por parte de palestinos y destruir los túneles utilizados por los militantes para acceder a territorio israelí, duró 51 días.

Según cifras de la ONU, 2.104 palestinos y 73 israelíes murieron.

Entretanto, la infraestructura sufrió un daño considerable. De acuerdo con declaraciones de la Autoridad Palestina en una conferencia de donantes en septiembre pasado, se necesitan unos US$7.800 millones para la reconstrucción.

Tras la tregua de agosto de 2014, en el terreno ha cambiado muy poco. Las fronteras siguen cerradas y, como reportan corresponsales en la zona, los cortes de luz y la falta de medicina y combustibles continúan.

Mientras tanto, la vida sigue.

Adnan Al Borsh, del servicio árabe de la BBC recogió para BBC Mundo cuatro postales de la vida en Gaza: cuatro momentos de una jornada cualquiera, a cinco meses de la ofensiva más larga de Israel contra el grupo islámico Hamas desde 2009. Esta es su bitácora.

8:40 horas: mercado al-Ramal en el centro de la ciudad de Gaza

El concepto de intercambio comercial en Gaza es muy limitado: la compra y venta es escasa, debido al bloqueo que Israel impuso sobre el territorio hace ocho años.

La mayoría de los productos disponibles son de fabricación local. Los demás son importados a través del único cruce fronterizo que sigue abierto, Karam Abu Salem, que está controlado por los israelíes.

Según una declaración del subsecretario del Ministerio Económico del gobierno de unidad nacional, Taysir Amru, Gaza necesita un mínimo de US$5 millones en inversión financiera.

Los habitantes de Gaza están aprehensivos y tienen miedo por el conflicto con Israel, la polarización política y las divisiones internas, dice Mohamed Haj, un comerciante del mercado de al-Ramal.

Esto se traduce en una inestabilidad cotidiana que lo afecta todo.

"El tráfico comercial y económico está muerto. Los comerciantes estamos desolados por los muchos problemas que padecemos aquí", dice.

9:30 hs: escuela Primaria Rafai'i, en el pueblo de Jibalia, norte del territorio

La educación en Gaza enfrenta varios problemas. Por un lado, hay una marcada carencia de recursos materiales. Muchas escuelas fueron destruidas total o parcialmente, y algunas de las que quedaron en pie fueron convertidas en refugios para desplazados.

Según el Ministerio de Educación, los daños y prejuicios en el sector educativo alcanzan los US$33 millones, incluyendo las escuelas públicas y las de UNWRA, el organismo de la ONU para los refugiados palestinos.

Debido al impacto del conflicto, el año escolar se inició con una demora de varias semanas.

Pero, de acuerdo con quienes trabajan en el sector, quizás el problema más difícil de superar sea el efecto psicológico que los ataques aéreos dejaron entre los estudiantes, sobre todo los de primaria.

En la escuela primaria Rafai'i, en el pueblo de Jibalia, el profesor de inglés Asad Abu Hosni ha tenido que adaptarse a algunos cambios no anticipados como resultado del conflicto.

Hosni señala que los alumnos se han vuelto irritables y temerosos y que muchos sufren de micción involuntaria.

"He tenido que mandar a muchos a casa debido a la incontinencia repetida", afirma.

12:00 hs: construcción de un nuevo hospital en la región de Maqousa, oeste del territorio

El retraso en la reconstrucción de Gaza tras cinco meses desde el fin de la ofensiva es fuente de ira y frustración entre los miles de habitantes cuyas viviendas quedaron destruidas.

Según la UNWRA, 100.000 casas fueron borradas de la faz del territorio o quedaron inhabitables, lo que ha dejado a 600.000 personas sin techo.

Las manifestaciones frente a la oficina de la ONU en Gaza se repiten semana tras semana.

La tregua que firmaron Israel y las facciones palestinas incluía la autorización para la entrada de todo tipo de material de construcción al territorio, pero esto no se ha materializado del todo.

Israel ha permitido el ingreso de unos camiones de cemento para la reconstrucción de edificaciones parcialmente destruidas y recientemente comenzó a aceptar la llegada de todo material de construcción destinado a proyectos patrocinados por UNWRA.

Durante nuestro recorrido por Gaza, vimos a un grupo de albañiles e ingenieros que trabajaba en la construcción de un nuevo hospital de UNWRA en Maqousa, en el oeste del territorio. La mayoría de los recursos se destina a infraestructura pública.

14:00 hs: hospital de Beyt Hanon, norte del Gaza 

Las dificultades en el sector de la salud son anteriores a la ofensiva de este año.

Hay una carencia grande de suministros médicos, medicamentos y tratamientos, cuya entrada se ve limitada por las restricciones impuestas por Israel.

Muchos hospitales fueron bombardeados directamente durante la guerra, como el de Beyt Hanon, y algunos fueron destruidos totalmente, como el de Wafaa, en Shajaaiya.

Según Jawad Awad, ministro de Salud palestino, los daños causados por el conflicto a la infraestructura hospitalaria costarán US$100 millones. En total, 36 hospitales y centros médicos quedaron destruidos.

En el hospital de Beyt Hanon se han efectuado algunas reparaciones básicas. Las paredes están pintadas y hay camas nuevas para los pacientes.

Ahí nos encontramos con Abdulrahman Suleiman, un joven que sufre de diabetes y cuya condición ha empeorado.

Según nos cuenta su padre, necesita tratamiento fuera del país. Pero como las fronteras están cerradas, la circulación por el territorio es complicada y los costos son muy altos: el viaje resulta imposible.

"No tengo trabajo, tengo ocho personas que mantener y el precio del tratamiento es de unos 18.000 dólares", explica.

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