El Vaticano criticó duramente la política religiosa de China
La Santa Sede reacionó a la organización de la nueva conferencia episcopal de la Iglesia Católica China controlada por el Estado. La calificó como "una postura represiva que se creía superada en la actualidad".
El Vaticano criticó la conformación de la nueva conferencia episcopal de la Iglesia Católica China que responde al gobierno y donde se designan obispos, lo que es rechazado por la Santa Sede.
El gobierno chino demuestra de este modo una "postura represiva que se creía superada en la actualidad" frente a la libertad religiosa proclamada por su constitución. El control de la actividad religiosa es una "señal de temor y debilidad", señala el vaticano en un comunicado.
La Asamblea de católicos en Pekín y la ordenación reciente de un obispo sin mandato pontificio "han dañado unilateralmente el diálogo y el clima de confianza" que se había alcanzado con el gobierno de Pekín, agregan, en referencia a un proceso de conversaciones que busca reestablecer relaciones diplomáticas, interrumpidas desde hace casi 60 años.
En China hay entre 8 y 12 millones de católicos, divididos entre ambas ramas, la iglesia "oficial" y la que responde al Vaticano, que funciona mayormente en la clandestinidad.
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