Elogian a sirios que capturaron a sospechoso en Alemania
Tres refugiados entregaron a las autoridades a un compatriota que era buscado por tener explosivos. El sospechoso se suicidó en su celda, según aseguró anoche la prensa alemana.
Las voces en Alemania pidiendo un reconocimiento público a los tres refugiados sirios que entregaron a la policía en Leipzig a un compatriota fugitivo, crecían a medida que se conocían los detalles del supuesto terrorista del "Estado Islámico". Y en vista de esa presión el gobierno salió a elogiar el valor de esos tres refugiados. "Obraron valientemente, probablemente evitaron grandes daños y merecen nuestro agradecimiento. Es una prueba de lo que ya sabíamos y es que la gran mayoría de los refugiados siente el mismo asco ante el terrorismo que todos nosotros", dijo la Cancillería.
El ministro de Interior, Thomas de Maiziére, también destacó la actuación de los tres refugiados. "Cuando personas que viven con nosotros ayudan a las fuerzas de seguridad tras una llamada a la colaboración ciudadana y lo hacen asumiendo posiblemente un riesgo personal, merecen elogio y agradecimiento", sostuvo el ministro. Y ante las propuestas de que se acelerara la tramitación de las solicitudes de asilo de los tres sirios, detalló que ya cuentan con protección como refugiados en Alemania, tras haberse resuelto sus expedientes de asilo positivamente.
El sirio Jaber Albakr, de 22 años, logró escapar a un cerco policial el sábado luego de que los equipos de seguridad encontraran explosivos en su departamento en la ciudad de Chemnitz. En su huida, puso un mensaje en una red para sirios en internet diciendo que estaba en la estación de trenes de Leipzig y que necesitaba un lugar para quedarse.
Fue así como uno de los sirios, identificado como Mohamed A., dijo al diario Bild que él y otro de sus amigos pasaron a buscar a Albakr y lo llevaron al departamento de otro sirio. Pero horas después se enteraron por los avisos de la policía en Facebook que el hombre al que habían ayudado era sospechoso de terrorismo. La noche del domingo, mientras Albakr dormía los tres amigos debatieron qué hacer con él.
Finalmente decidieron entregarlo. Lo ataron de pies y manos con cables eléctricos y llamaron el lunes a las autoridades. "El nos ofreció 1.000 euros y 200 dólares si lo dejábamos ir. Tenía eso en una mochila junto a un cuchillo", dijo Mohamed y aseguró que "estoy muy agradecido a Alemania por acogernos. No podíamos permitirle hacerles algo así a los alemanes".
La policía cree que Albakr tenía entre sus objetivos los aeropuertos de Berlín. A comienzos de septiembre, la oficina de inteligencia había recibido información de que el Estado Islámico estaba planeando "ataques contra infraestructuras, estaciones y aeropuertos, en Europa occidental, especialmente en Alemania", dijo el director del ente, Hans-Georg Maassen, a la cadena de TV ZDF.
Según medios alemanes como Bild y Der Spiegel, Albakr se suicidó en su celda en la prisión de Leipzig. Albakr fue uno de 890.000 migrantes que llegaron a Alemania en 2015, y que fue reconocido como refugiado en junio, pero se ignoraba cuándo se había radicalizado.
Algunas personas y dirigentes han puesto el caso de estos tres refugiados para mostrar que ellos pueden integrarse a la sociedad alemana y que los extremistas son una excepción. No por nada las formaciones antiinmigrantes como Alternativa para Alemania (AfD) han crecido en las encuestas y en las votaciones regionales. Incluso políticos de todas las formaciones han propuesto que se les entregue la Cruz Federal al Mérito. El martes, el alcalde de Leipzig, Burkhard Jung, agradeció la acción de los tres sirios. "Es un éxito inmenso contra el terrorismo y muestra que la mayoría de los solicitantes de asilo que viven aquí no tienen nada que ver con el islam radical", dijo Burkhard.
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