Empresario asegura que en fiestas de Berlusconi había drogas y prostitutas
Los reportes de que 30 mujeres asistieron a 18 fiestas organizadas por Silvio Berlusconi y que algunas recibieron dinero a cambio de sexo con los invitados se sumaron a los problemas del líder italiano, en momentos en que se especula que su aferramiento al poder puede estar debilitándose.
El primer ministro, de 72 años, se ha visto obligado a responder a los rumores de que su dominio de la política italiana podía llegar a su fin por los escándalos sexuales que lo acosan desde mayo, que han molestado a la poderosa Iglesia Católica.
Una fuente de su gabinete dijo que no iba a hacer comentarios sobre las informaciones aparecidas hoy en el Corriere della Sera y La Stampa dos respetados diarios italianos, que sugieren que Berlusconi satisfizo su gusto por las mujeres jóvenes a una escala mayor de lo que se sospechaba hasta ahora.
No fue posible contactar de inmediato a su abogado para que comentara estos reportes.
El líder conservador, cuya mujer desató la crisis en mayo al solicitar el divorcio tras acusarlo de "frecuentar a menores", niega haber pagado a cambio de sexo. Su abogado dijo que Berlusconi fue sólo el "usuario final".
Corriere y La Stampa citaron nuevas pruebas filtradas de un tribunal en Bari, en el sur de Italia, relativas a las actividades del empresario Gianpaolo Tarantini.
Estas pruebas señalan que a las mujeres se les pagaban los gastos de asistir a las fiestas y 1.000 euros adicionales por "servicios sexuales", dando los nombres de figuras públicas entre los invitados y estrellas de un "reality" de televisión entre las acompañantes pagadas.
"Las presenté como mis amigas y mantuve silencio con respecto a que algunas veces les pagaba", dijo Tarantini, según fue citado.
¿FIN DE UNA ERA?
El caso Bari ya ha revelado que la prostituta Patrizia D'Addario recibió dinero de Tarantini a cambio de dormir con Berlusconi. Ella grabó conversaciones explícitas en su teléfono móvil y sacó a la luz su caso cuando no se cumplió la promesa que se le hizo de obtener un escaño en el Parlamento Europeo.
Berlusconi ha demandado a diarios de Italia y Europa por difamación en la cobertura de los escándalos y por publicar fotos de sus invitados desnudos. No hay constancia de que Corriere y Stampa estén en la lista, encabezada por La Repubblica.
Los escándalos han costado a Berlusconi parte del apoyo que tenía entre los votantes católicos. Aunque él habla de una aprobación cercana al 70 por ciento, la mayoría de los sondeos la sitúan más cerca del 50 por ciento, relativamente alta en el peor contexto económico desde la Segunda Guerra Mundial.
"Desde abril hemos llegado a una etapa donde hay una presunción, y no sólo de la izquierda, de que la era de Berlusconi está llegando a su fin", dijo James Walston, profesor de política de la American University de Roma.
La situación se ha vuelto más tensa por los feroces ataques contra los críticos y los aliados discrepantes de Berlusconi que ha hecho Il Giornale, un periódico de derecha que dirige el hermano del primer ministro.
Entre sus objetivos está el presidente del Parlamento, el conservador Gianfranco Fini, un aliado clave, que dijo que era "paradójico" que el primer ministro negara que hubiera problemas en el Gobierno.
Otro aliado, el gobernador de Sicilia, Raffaele Lombardo, dijo: "Ciertamente hay rumores sobre el comienzo de su declive, vinculados con la vida privada del primer ministro".
Otra cuestión en el aire es la falta de sucesores de Berlusconi, dado su dominio de la derecha y la debilidad de la oposición de centroizquierda.
"El declive de Silvio Berlusconi puede haber comenzado, como especulan sus enemigos y algunos aliados. Pero aún hay que ver dónde y cómo ocurrirá y, sobre todo, no está claro a quién beneficiaría", escribió el columnista del Corriere della Sera Massimo Franco.
Pero algunos italianos dudan de que los escándalos hagan caer al primer ministro.
"No creo que esto vaya a significar el fin de Berlusconi y no creo que fuera justo si así fuera", dijo la residente de Roma Giulia Fratelli.
"Desafortunadamente, lo dudo", dijo Marisa Spada. "La riqueza es el único objetivo que tenemos los italianos y él la represente mejor que nadie", agregó.
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