En una noche de Oscar sin mayores sorpresas, 12 Años de Esclavitud cantó victoria

La cinta de Steve McQueen se alzó como Mejor Película, mientras Gravedad coronó como Mejor Director a Alfonso Cuarón. La ceremonia confirmó los favoritismos y vio cómo Escándalo americano, con 10 nominaciones, se quedó sin una sola estatuilla.




Apuestas, rumores, expectativas. Como todos los años, pero acaso esta vez más que de costumbre. La entrega número 86 de los premios de la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas tuvo lo de siempre -alfombra rojas, chistes de los animadores, números musicales-, pero reposaba sobre un nivel inhabitual de incertidumbre asociado al nivel más que presentable de las películas en competencia.

¿Estaría 12 años de esclavitud a la altura del favoritismo de la recta final de los Oscar? ¿Abundarían las sorpresas? Había que esperar tres horas de ceremonia para enterarse de todo, como bien lo sabían los 3.300 asistentes al Dolby Theatre de Hollywood, al igual que los millones de telespectadores en más de 200 países.

La maestra de ceremonia, Ellen DeGeneres, confirmó aquello de que este año la transmisión se adecuaría a patrones clásicos, siguiendo ciertas pautas temáticas -el "heroísmo", en este caso- y olvidando los desbordes, pero al mismo tiempo poniendo al día a los Oscar en el mundo de las redes sociales (ver recuadro). Así, hubo chistes bien dosificados, algunos de los cuales tuvieron algo de cruel, en especial uno dirigido a Liza Minelli.

El caso es que la anfitriona supo tomar las riendas y dar el pase a Anne Hathaway para que anunciase la primera estatuilla de la noche, que fue también la primera confirmación de los favoritismos alimentados en las últimas semanas, pronto extendida a categorías como Largometraje Animado (Frozen) y Efectos Visuales (Gravedad): previsiblemente, Jared Leto se alzó como mejor secundario por su rol en El club de los desahuciados. En su interminable discurso de agradecimiento, el actor rockero homenajeó a su propia madre, sentada al lado suyo en el teatro, así como a ucranianos y venezolanos ("Estamos pensando en ustedes"). Esto de acordarse de países en conflicto había partido temprano, con un tuit de Kevin Spacey ("Venezuela, no te rindas"), quien sin embargo no siguió en esa línea. Tampoco sus colegas.

En sintonía con el mencionado apego a la tradición, la Academia obvió, en la categoría documental, a una de las cintas más discutidas y fascinantes del último tiempo (The act of killing) en beneficio de una película más amable y menos desafiante: 20 feet from stardom. Igualmente, concedió tiempo y espacio para las glorias de ayer y anteayer. No sólo por que entre los presentadores estuvieron Sally Field, Harrison Ford y una Kim Novak ya casi irreconocible a causa de las cirugías. También por la estatuilla honoraria a Angela Lansbury y por el nutrido video con el homenaje a los que partieron el último año. Más de los tiempos que corren resultaron los números musicales, desde el pegajoso Happy, de la mano de Pharrell Williams, a la canción/tributo de U2 hasta Nelson Mandela.

EL PESO DE LA HISTORIA

Parecía claro desde el arranque que Gravedad, única nominada a Mejor Película que estuvo entre las 10 más taquilleras de 2013, arrasaría en la categorías técnicas. Y así fue, una y otra vez. También que impondría a Alfonso Cuarón como Mejor Director, el primer mexicano en lograrlo. Y así pasó. Lo mismo habría que decir respecto del Mejor Guión Original, parcela noirmalmente reservada para el cine indie,donde Spike Jonze pacorría con ventaja de la mano de Ella. Igualmente, Lupita Nyong'o estaba cantada como mejor secundaria, lo que no fue óbice para que volcara su emoción ante un auditorio que se puso de pie al escuchar su nombre: la joven actriz de 12 años de esclavitud apenas contuvo las lágrimas a la hora de dar las gracias.

Donde las cosas no eran tan claras, hubo paño para cortar. Mejor Película Extranjera, por de pronto, terminó reconociendo a La gran belleza, de Paolo Sorrentino (el director napolitano, una vez en el podio, se permitó recordar a Fellini, Scorsese y... Diego Maradona). En cuanto a Mejor Actor, la disputa entre Matthew McConaughey (El club de los desahuciados) y Leonardo DiCaprio se zanjó en favor del primero, mientras la esperada estatuilla para Cate Blanchett como Mejor Actriz por Blue Jasmine le llegó sin problemas. Y sin que un reciente escándalo de Woody Allen, pareciera hacer mella.

Ya en la recta final, el momentum ganado por 12 años...  se vio refrendado nuevamente por el premio a Mejor Guión Adaptado. Lo decisivo era, eso sí, el premio gordo de la noche. Allí, la historia pesó más que un paquete de cabritas, parafraseando a Spielberg, y se impuso la cinta de Steve McQueen.

Por su parte, la gente tras Escándalo americano, la gran derrotada, se fue masticando su frustración. Así es la fiesta de Hollywood.

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