Estudiantes ocuparon un 50% del saldo de sus becas en supermercados
<p>De acuerdo con datos de Junaeb, los restaurantes también concentraron en 2012 el consumo por parte de los alumnos de educación superior.</p>
Javier Montenegro estudia odontología y cuenta que, durante todo el año pasado, siguió la misma rutina: una vez a la semana iba al supermercado y compraba jamón, queso, mantequilla y, a veces huevo, "para darme un gusto en el desayuno".
Montenegro es uno de los beneficiarios de la Beca de Alimentación para Educación Superior (Baes), que entrega la Junaeb a los alumnos de los primeros tres quintiles de ingreso.
Como Montenegro, son miles los estudiantes que ocupan este beneficio alimenticio en supermercados. Según los registros de Junaeb, la mitad del saldo de la beca de 2012 fue gastada en estos establecimientos. En 2010, el consumo en estos lugares alcanzaba el 35%.
El año pasado, el segundo lugar que más consumo concentró fueron los restaurantes y luego, los patios de comida (ver infografía).
La beca funciona a través de una tarjeta que tiene una carga del saldo (en 2012 fue cerca de $ 26 mil) , que se va renovando cada mes.
Según cuenta Jorge Poblete, director de la entidad, el año pasado se entregaron 280 mil beneficios, mientras que este año se han comprometido 310 mil, lo que representa un aumento del 10%.
Además, la beca pasó de $ 1.300 diarios a $ 1.600, aumento que no se registraba desde 2007 y que responde, según Poblete, a una preocupación "por dar alimentación saludable".
En la Junaeb afirman también que, en promedio, cada vez que los alumnos fueron en 2012 a un patio de comida gastaron $ 3.952 y en los restaurantes, $ 2.657.
Productos restringidos
En los supermercados, en tanto, el gasto promedio por compra fue de casi $ 7.000 el año pasado. Esto, a pesar de las restricciones de compras que hay.
Poblete señaló que "en los supermercados establecemos una prohibición, y ellos tienen que resguardar que no se compre con la beca alimentos que puedan ser dañinos para la salud". Entre esos alimentos se encuentran los que son envasados con alto contenido calórico, como papas fritas y ramitas, bebidas alcohólicas y gaseosas y cualquier otro producto que no sea de la categoría alimentos.
Según Poblete, esto se controla a través de un "registro que guarda el supermercado y que, cuando el joven llega a la caja, el producto no se puede vender".
En el caso de los lugares no automatizados, la situación se controla a través de fiscalizadores, y en caso de haber infracción, se pueden cursar multas que van hasta la suspensión del servicio.
Ayer, en el colegio Elvira Hurtado de Matte de Quinta Normal, la Junaeb dio inicio a su programa de alimentación, entregando 3,2 millones de raciones diarias a cerca de 1,8 millones de niños.
Entre los cambios para este año se encuentra la inclusión de más frutas y verduras, y la baja gradual de azúcar y sal en los alimentos.
Comenta
Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.