Exitoso plan británico paga a obesos 350 mil pesos por bajar 23 kilos

<p>Es parte de la estrategia nacional contra la obesidad de ese país y, tras un año como piloto en un hospital, muestra sus primeros resultados: más de 400 inscritos y 14,8 kilos de reducción en promedio en 10 meses.</p>




La idea es tan novedosa como polémica, aunque hasta ahora ha sido exitosa: pagar con dinero en efectivo o con cupones de descuento -para viajes y compras- a aquellos pacientes obesos que logren bajar kilos a través  de un programa de reducción de peso saludable. El plan, lanzado por el Servicio Nacional de Salud de Gran Bretaña, se llama "Libras por libras", y tras un año de aplicación de manera piloto ha reclutado a más de 400 personas y logrado una reducción promedio de peso de 14,8 kilos, en 10 meses.

El programa, que es parte de la estrategia estatal contra la obesidad en ese país, establece incentivos económicos según los logros obtenidos por el paciente. Por ejemplo, si una persona baja siete kilos recibirá como recompensa 70 libras, aproximadamente 60 mil pesos chilenos. En cambio, si un paciente logra bajar 23 kilos -el máximo establecido por este programa- y logra mantenerse durante seis meses, podrá obtener el equivalente a 350 mil pesos.

Los participantes deben contar con una autorización médica para poder participar, definir cuánto quieren bajar de peso, en cuánto tiempo y especificar las razones que los motiva. Una vez dentro del plan, reciben un programa de alimentación y ejercitación saludable, además de una guía con tips para bajar de peso. Si completan el tratamiento y logran la meta, cobran lo pactado.

¿UNA BUENA ESTRATEGIA?
No es la primera vez que un programa sanitario entrega dinero para que sus pacientes dejen un mal hábito. En 1994, la Organización Mundial de la Salud apoyó una iniciativa llamada "Déjalo y gana", que sorteaba, entre quienes lograban dejar de fumar, un premio de 10 mil dólares. En este caso, lo que busca el gobierno británico no sólo es incentivar a los obesos a participar , sino que ahorrarse parte de los 4 billones de libras que gasta anualmente el Estado en tratar a estos pacientes. En este plan el costo por cada paciente es de sólo 185 libras.

En Chile, la medida, aunque exitosa hasta el momento, no es bien vista. Tanto para el Ministerio de Salud como para especialistas en obesidad el pagar por bajar de peso puede convertirse en un incentivo perverso.  "La mayoría de los países que han logrado romper la curva ascendente de la obesidad han sido los que han aplicado políticas públicas globales que atacan la mayoría de los factores que generan obesidad: genética, estilos de vida, nivel socioeconómico y condiciones de empleo, y no políticas individuales. Nosotros como país hemos asimilado ese modelo global, porque ha probado su efectividad atacando los múltiples factores que causan este mal", dijo a La Tercera Helia Molina, jefa de la División de Políticas Públicas del Minsal.

En la misma línea está el nutriólogo de la U. Católica Manuel Moreno, quien ve en el dinero un incentivo poco ético, "pues podría involucrar a pacientes con una necesidad económica importante y así reducir su alimentación en desmedro de una condición de salud adecuada". Moreno explica, además que como estos planes no apuntan al fondo de la problemática es altamente probable que el paciente recaiga. Una tesis que apoya María Ignacia Burr, sicóloga clínica del Centro de Nutrición de Clinica Las Condes, quien dice que el  incentivo no debiera darse por el kilo bajado, sino por el hábito adquirido. "Puede ser que en Inglaterra esto haya resultado por la atracción que genera el dinero, pero el plan no enfrenta las causas del sobrepeso y sin eso no habrá cambios reales ni permanentes en los pacientes".

Otras políticas contra la obesidad

De los 127 millones de habitantes que tiene Japón, cerca de 20 millones son obesos, razón por la cual las autoridades niponas decretaron en 2008 una estrícta ley que multa en dinero a las empresas que tengan trabajadores con kilos extras.

La polémica medida busca que el mundo privado entregue a sus empleados comidas saludables y acceso a gimnasios para que el 10% de las personas con problemas de sobrepeso reduzca en cuatro años el diámetro de su cintura.

En Nueva York, en tanto, el alcalde, Michael Bloomberg, obligó a todos los restaurantes de la ciudad a incluir en sus menús las calorías que tiene cada plato. Si no lo hacen, se exponen a multas de dos mil dólares por cada comida no etiquetada.

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