Figueroa, la carta con que José Yuraszeck quiere mejorar su gestión en la "U"
El presidente de Azul Azul enfrentó la crisis, la salida de Darío Franco y la indisciplina del plantel en Temuco, optando por el "Fantasma" para enmendar el rumbo del equipo que se acostumbró al éxito.
El miercoles 11 de abril de 2012, José Yuraszeck hacía realidad uno de sus sueños: ser presidente de Universidad de Chile, el club que sigue desde 1959. La jornada que selló la sucesión del exitoso ciclo de Federico Valdés, período en que el ingeniero civil tenía un importante papel comandando la Comisión de Fútbol, estuvo lejos de ser tranquila, considerando que Yuraszeck llegó a la testera con seis de 11 votos posibles dentro del directorio, debido a que Carlos Heller y otros cuatro directores se abstuvieron de votar a modo de rechazo.
Dos meses después de la proclamación, Yuraszeck celebraba el primer tricampeonato del club, trofeo que extendía el brillante ciclo de Jorge Sampaoli y apaciguaba las diferencias al interior de la concesionaria. Celebraba ahora desde el principal sillón un logro que se inició cuando lideraba la Comisión de Fútbol.
El segundo semestre de 2012, sin embargo, todo cambiaría. Los azules no accedieron a la final del Torneo de Clausura, fueron eliminados en cuartos de final de la Copa Sudamericana y cedieron las definiciones de la Recopa y la Suruga Bank, lo que se sumó a la partida del casildense a la Selección.
Ahí, luego de descartar algunas opciones, Darío Franco tomaba el desafío de extender los éxitos de su antecesor. El devenir del cruzalteño trajo la primera complicación en mayo, cuando Yuraszeck, tras un primer semestre que sólo dejó la Copa Chile, se la jugó por su permanencia, pese al rechazo de varios directores.
La última semana oscureció aún más el panorama. El despido de Franco el miércoles, que se había sellado el domingo, tras la derrota en Chillán, puso en entredicho el manejo del timonel. "Cometimos el error de no habérselo comunicado el lunes. Se lo dije a Franco. No hubo interés de perjudicarlo", reconoció Yuraszeck en la presentación de Marco Antonio Figueroa.
Junto con la autocrítica por el caso Franco, el empresario ha debido enfrentar los coletazos de la indisciplina cometida por algunos jugadores durante la concentración en Temuco, el 30 de junio.
Esos hechos, que incluyeron algunas actitudes indecorosas de los futbolistas, mantienen en alerta a algunos directores, en especial, por la imagen que proyecta el club hacia la casa de estudios.
"La situación de Temuco generó molestias en los académicos. Varios piensan que esos episodios complican la imagen de la universidad", confiesa un cercano a la concesionaria azul.
Una apuesta "fantasma"
Desde el viernes, la banca azul es liderada por Marco Antonio Figueroa, técnico cuyo carácter generó algún resquemor entre los dirigentes y jugadores. La apuesta supone una dura tarea para Yuraszeck, uno de los impulsores en la llegada del sanfelipeño.
"Figueroa tiene el fútbol que nos gusta. De ataque, mucha presión e intensidad. Las personas son como son y nadie pretende cambiarlas. Estar en la "U" es distinto a otras instituciones. En la vida hay muchos riesgos y hay que asumirlos", admitió el timonel sobre aquellas aprensiones.
El ciclo del ex DT de Cobreloa anticipa no sólo desafíos deportivos, sino también sobre la imagen que proyectará el club hacia el medio, así como el intento de revalorizar a varios jugadores que tras millonarias inversiones han puesto en jaque la competencia directiva para traer refuerzos.
La lista incluye, entre otros, a Enzo Gutiérrez, Ezequiel Videla, Luciano Civelli y Ramón Fernández, por quienes la "U" desembolsó cerca de US$ 6 millones. Frente a ello, Yuraszeck y Azul Azul necesitan con urgencia recuperar los éxitos deportivos, en busca de no repetir experiencias como las de ByN al momento de reducir el plantel tras malos resultados.
Otro tema pendiente en el segundo año como presidente del empresario serán los avances en la construcción del estadio, proyecto que, ante las negativas de varias municipalidades de ceder sus terrenos, llevó a Yuraszeck a no cumplir con la promesa de comunicar la ubicación a fines de 2012.
Luego de 15 meses en el cargo, el ingeniero civil buscará algo más que acertar con un "Fantasma" que trae consigo un sinnúmero de tareas relacionadas con la conducción de un club que, bajo el ciclo de Azul Azul, se acostumbró a codearse con el éxito.
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