G20 se consolida como árbitro económico y promete duras reformas financieras




El G20 se consolidó hoy como el grupo económico de referencia global tras su cumbre de dos días en Pittsburgh, en la que se comprometió a implementar reformas que impidan que crisis financieras como la actual vuelvan a repetirse.

El nuevo estatus del G20, un grupo que se creó a nivel ministerial tras la crisis asiática de 1999, culmina un largo proceso de demandas del pujante mundo en desarrollo que reclamaba un organismo más representativo de la estructura económica mundial.

El Grupo de los Veinte que engloba a los países del G8 más las principales economías emergentes es desde hoy el "principal foro económico global".

La decisión deja al Grupo de los Ocho (EEUU, Canadá, Japón, Alemania, Reino Unido, Italia, Francia y Rusia), que hasta ahora había sido el árbitro económico global, en un segundo plano.

Se espera que sus líderes sigan reuniéndose para debatir asuntos importantes para la mayoría de las economías desarrolladas, como los temas de seguridad internacional.

Esos encuentros, de todos modos, se producirían en el marco de otros actos y no en las grandes cumbres que el grupo está acostumbrado a convocar.

La decisión adoptada hoy confirma el creciente peso en la economía mundial de economías emergentes como China, Brasil o India.

Dirigentes de países en desarrollo como la presidenta argentina, Cristina Fernández, señalaron que lo más importante de este cónclave es la "consolidación del G20 como un grupo económico".

"Muchos hablan de la necesidad de configurar un nuevo orden mundial, pero yo creo que ya se está conformando", dijo la mandataria, en referencia a la influencia creciente de los países emergentes.

El G20 también se comprometió hoy a adoptar medidas para aumentar la transparencia en los mercados de derivados, aumentar las reservas de capital de los bancos y poner freno a las hasta ahora exorbitantes compensaciones de los banqueros.

Los jefes de Estado y Gobierno reunidos en Pittsburgh están decididos, en ese sentido, a acabar con los "excesos" en el sector bancario, ante la constancia de que su "temeridad y ausencia de responsabilidad" condujeron a la crisis.

La declaración adoptada hoy ataca los altos bonos de los directivos bancarios que, recomiendan, deben ser fijados por objetivos a largo plazo y vinculados al rendimiento de la entidad.

Sin embargo, no impone unos límites a estos bonos, como defendía Francia, con la oposición de Estados Unidos.

El presidente de EEUU, Barack Obama, calificó hoy de "duras" las regulaciones financieras adoptadas por el G20 y destacó que "los que abusen del sistema tendrán que asumir la responsabilidad".

Insistió, además, en que la cumbre que finaliza hoy ha preparado el terreno para una "prosperidad a largo plazo".

El jefe de la Casa Blanca apuntó que la salud de la economía mundial era muy mala hace tan solo seis meses y destacó que las "enérgicas y coordinadas" medidas adoptadas por el G20 evitaron la destrucción de más trabajos y que la crisis fuera a peor.

Reconoció, de todos modos, que todavía queda mucho trabajo por hacer en los meses venideros y que será necesario seguir implementando medidas enérgicas para impulsar un "crecimiento equilibrado y sostenido".

De ahí que el G20 se comprometiera hoy a mantener los paquetes de estímulo hasta que la incipiente recuperación no esté afianzada.

El organismo respaldó hoy, por otro lado, la supresión de los subsidios a los combustibles fósiles, que reciben cada año miles de millones de dólares.

El G20 también apoyó que los países ricos transfieran "por lo menos" un 5% de su voto en el FMI a las naciones en desarrollo y pidió que la estructura de gobierno del Banco Mundial refleje el cambiante peso político de los Estados y se traduzca en un incremento del "al menos" 3% del poder de voto de los emergentes.

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