Garcés recibe la oportunidad que esperaba en su peor momento

Justo Villar se perderá el resto de la temporada. La rotura de ligamentos que sufrió en el partido frente a Cobreloa, por la Copa Chile, lo obligará a operarse y, luego a una recuperación de tres meses. En esas condiciones, el arco del Colo Colo tendrá un nuevo dueño: Paulo Garcés.

El Halcón siempre ha querido una oportunidad real para quedarse con el puesto. Sin embargo, la chance le llega justo en una temporada en, cuando la tuvo, en virtud de los problemas físicos que ha sufrido el meta paraguayo, ha cometido notorios errores y, por consiguiente, recibido duras críticas de los hinchas e, incluso, reproches del técnico Pablo Guede.

El calvario partió en el duelo frente a Unión Española, el 31 de julio. En el Monumental, y en el primer partido que Guede dirigía en el recinto, el Cacique cayó por 1-2 frente  la escuadra de Martín Palermo y al guardameta le cupo responsabilidad en ambos goles. En los 4', se equivocó al intentar cortar un centro y el yerro lo capitalizó César Pinares. En los 59', el guardameta no protegió adecuadamente su palo en un remate de Pablo Galdames. El técnico no fue indiferente a sus equivocaciones. "Garcés tuvo dos jugadas y no estuvo acertado, pero todos nos equivocamos", analizó. Igualmente, por la ausencia de Villar, fue considerado en la victoria 0-2 ante Audax, en la igualdad 2-2 ante Huachipato por el torneo local y en la caída por 0-2 frente a Iquique, en Macul.

La sensación de inseguridad se agudizó el 16 de septiembre, en el estadio CAP. Los albos abrían la serie frente a Huachipato por la Copa Chile y cayeron en Talcahuano. En los 39', en un intento por salir jugando con los pies, una de las exigencias de Guede, le dejó servido el balón a Leonardo Povea, quien aprovechó el regalo para liquidar y anotar el 2-0 parcial. Sólo volvió a jugar en este certamen ante la traumática salida de Villar, a quien tendrá que volver a reemplazar.