Gobernador de Texas es acusado de abuso de poder
El republicano Rick Perry fue incriminado de haber intentado forzar a la fiscal del condado a renunciar.
El gobernador de Texas, el republicano Rick Perry, fue incriminado por abuso de poder, bajo la acusación de haber intentado forzar a la fiscal del Condado de Travis para que renuncie.
La fiscal, Rosemary Lehmberg, había sido incriminada por conducir en estado de ebriedad. Por ese motivo, el gobernador la amenazó con retirarle fondos por 7,5 millones de dólares a la unidad anticorrupción que ella dirigía, si no presentaba su renuncia.
El potencial aspirante a la Presidencia de Estados Unidos por el Partido Republicano en 2016, achacó hoy el supuesto "abuso de poder" a una "farsa" en su contra.
"Esta acusación equivale a nada más que a un abuso de poder y ni puedo ni permitiré que eso suceda. Tengo la intención de luchar contra los que erosionan la Constitución y las leyes de nuestro estado puramente con fines políticos, y tengo la intención de ganar", dijo Perry ante los medios en el Capitolio de Texas.
El gobernador insistió en que actuó dentro de los márgenes de la Constitución cuando vetó una partida de 7,5 millones de dólares para la Unidad de Integridad Pública, una oficina dedicada a la investigación de delitos relacionados con la corrupción y que dirigía Lehmberg.
"La Constitución define claramente la autoridad de cualquier gobernador de vetar artículos a su discreción", defendió Perry, quien agregó que bajo esta autoridad decidió "vetar fondos para una oficina cuya dirección había perdido la confianza de la opinión pública, actuando de manera inapropiada y poco ética".
Y es que Lehmberg, con una prometedora carrera en las filas demócratas, fue sorprendida con casi el triple de alcohol permitido en la sangre para conducir y fue sentenciada a 45 días de cárcel tras declararse culpable de los cargos.
"En este país no resolvemos diferencias políticas con acusaciones. Es indignante que algunos quieran utilizar el partidismo político para rasgar los tejidos de la Constitución de nuestro estado", agregó Perry, quien se mostró confiado en que se demostrará que el proceso judicial "es una farsa" y dijo que sus promotores deberán "rendir cuentas".
En las elecciones presidenciales de 2012 Perry aspiró a la candidatura republicana en unas primarias en las que finalmente se impuso Mitt Romney.
Recuperado del batacazo que supuso no ganar esos comicios, ahora vuelve a figurar como uno de los potenciales aspirantes para llegar a la Casa Blanca en 2016 por los conservadores.
Desde que se dio a conocer la acusación el viernes en la tarde, Perry recibió numerosos apoyos de compañeros del partido, como el del gobernador de Luisiana, Bobby Jindal, quien dijo que la demanda "es un descarado mal uso del sistema judicial por parte de activistas liberales" y una "caza de brujas política".
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