Guede vuelve a su torneo fetiche

La Copa Libertadores puso en el mapa a Pablo Guede, para bien y para mal. Hoy enfrentará a Botafogo esperando repetir lo hecho con Palestino y borrar las críticas de su actuación con San Lorenzo.

En 2015, se metió en fase de grupos con los árabes tras derrotar a Nacional de Uruguay en la etapa previa. En la siguiente ronda peleó la clasificación a octavos de final en el mismo grupo que Boca Juniors y estuvo a tres puntos de lograrla. Presentación digna que no pudo repetir en San Lorenzo.

Guede llegó a Boedo con la misión de revivir al campeón continental de 2014, que en la edición siguiente a esa se fue en la fase grupal. Era primera vez que dirigía a un equipo obligado a ser protagonista en Libertadores y no cumplió con las expectativas: cuatro empates y dos derrotas lo dejaron afuera y en el centro de las críticas transandinas.

Contra esa espina, la de Colo Colo (10 años sin avanzar una ronda) y el adverso resultado de la ida, jugará hoy Guede su partido más importante desde que está en la banca del Cacique.

A pesar de los resultados previos en la Copa, tanto de Guede como de Colo Colo, el técnico se quita la presión: "No nos pesa la mochila por ganar", expresa confiado. Sobre el estado del plantel, el entrenador dice: "Moralmente estamos bien. Físicamente tenemos cuatro o cinco futbolistas golpeados". El argentino busca jugar un partido sin desesperación: "Necesitamos tener paciencia. Tenemos 90 minutos para ganar el partido".

Con el objetivo de que el bonaerense repita el fracaso del año pasado, Botafogo llegó el lunes a Santiago. El equipo carioca ha realizado sus entrenamientos en el Centro Deportivo Azul.

Jair Ventura, técnico de Botafogo, pone sus ojos en el goleador albo: "Es difícil controlar a un jugador tan decisivo como Paredes". Sin embargo, confía en sus jugadores: "El equipo está preparado para todo lo que pueda acontecer en el partido". Y agrega, reiterando el polémico concepto lanzado en la ida, que "la guerra continúa hasta el final del partido".