Guía teatral para un fin de semana largo en Buenos Aires

Pese a la crisis, las salas de Avenida Corrientes están llenas y ofrecen una cartelera con cerca de 200 espectáculos.




Avenida Corrientes, la calle de los teatros de la capital argentina, es el Broadway porteño. A pesar de la crisis económica, sus salas están llenas. Para los que viajen a Argentina este fin de semana largo, aquí va un recorrido por las obras del momento, dentro de una cartelera con cerca de 200 espectáculos.

MUSICALES: LA GUERRA DE LOS "CLONES" DE BROADWAY
La oferta en el género musical es amplia y la competencia por atraer espectadores es arrolladora. La mayor producción de la cartelera bonaerense del momento es El fantasma de la ópera. La creación de Andrew Lloyd Weber (Evita) se estrenó en 1986 en  Londres y todavía sigue en cartelera, récord que le arrebató al multipremiado Cats. El fantasma... es un espectáculo clon. Es decir, los productores compran la licencia extranjera y todos los miembros del staff técnico original viajan para entrenar al equipo argentino, montan la obra, la estrenan y luego la dejan a cargo del elenco local.

En el Teatro El Nacional también se presenta Caravan, una historia ambientada en los años 40, en Nueva York,  donde el jazz, el zapateo americano y los gangsters ocupan un lugar preponderante.

Para los fanáticos de la adaptación al cine que hizo el director John Cameron Mitchel en el 2001, se exhibe Hedwig and the angry inch (Hedwig y su molesta pulgada), delirante musical estrenado off Broadway en 1997.

Como metáfora de Berlín, una ciudad partida en dos, Hedwig es un travesti que decide convertirse en mujer por iniciativa de un soldado norteamericano que se enamoró de ella y le propone un cambio de sexo. Claro que algo salió mal en el quirófano y le sobran unos molestos 2,54 centímetros. De ahí el singular título.

Advertencia para los fans de la película: las canciones son interpretadas con maestría, pero traducidas al castellano.

LOS CLÁSICOS VERSUS LOS CONTEMPORÁNEOS
La cartelera de Buenos Aires también parece bien nutrida en materia de clásicos, obras de todos los tiempos donde el público se encuentra con alegorías imperecederas que resuenan con fuerza en la realidad cada vez que se montan. Entre ellas, La casa de Bernarda Alba de García Lorca, El rufián en la escalera de Joe Orton, El avaro de Moliére, Hamlet de Shakespeare y El jardín de los cerezos de Chéjov, entre otras.

Entre tanta oferta, una apuesta segura es el Teatro San Martín, el más importante de Buenos Aires, que acaba de estrenar Marat-Sade, de Peter Weiss, perturbadora reflexión sobre la revolución, la locura y la violencia. El Marqués de Sade prepara durante su reclusión en el sanatorio para enfermos mentales de Charenton una obra de teatro sobre el asesinato de uno de los líderes de la revolución francesa, Jean-Paul Marat, a manos de la aristócrata Charlotte Corday. Los "enfermos" encarnaban los personajes históricos para que la obra, representada por primera vez en 1964, extrapolara las ideas revolucionarias a los convulsos años 60. Abre la trama un lúcido debate entre la defensa del uso de la violencia para lograr un objetivo político y su cuestionamiento como medio de combatir la opresión. El dilema se prolonga durante toda la historia, a través de diálogos, canciones corales y los innumerables movimientos de actores por todos los ángulos posibles de la escena.

Si prefiere algún dramaturgo contemporáneo, la mejor opción es Agosto, condado Osage, obra de  Tracy Letts, ganadora de cinco Tony y un Pulitzer. Tres actrices argentinas destilan talento y reciben ensordecedores aplausos de parte del público. Norma Aleandro, Mercedes Morán y Andrea Pietra encarnan a una esposa y sus hijas que buscan al padre de familia que las abandonó.

EL IMBATIBLE FENÓMENO NEIL LABUTE
En La forma de las cosas, el dramaturgo Neil Labute, considerado el dramaturgo actual más corrosivo de Estados Unidos, reflexiona sobre los límites del arte y la manipulación en las relaciones humanas. Una atractiva artista (Griselda Siciliani) visita un museo y se enamora de un ingenuo guardia de seguridad (Fernán Mirás). Durante el romance, la mujer establece una relación de superioridad y lo obliga incluso a una cirugía estética para "mejorar" el aspecto de su nariz. Luego de enamorarlo, en el auditorio de una universidad repleto de gente y en presencia del guardia, ella revelará en forma brutal que el romance sólo era parte de un proyecto de arte. A través de una consigna el personaje remata: "Los moralistas no tienen lugar en el arte".

Otra de sus aclamadas obras en cartelera en Buenos Aires es Gorda, que acaba de estrenarse en Chile con la actuación de Luciano Cruz-Coke y dirigida por Alejandro Castillo. En ella, Labute vuelve a diseccionar con mano firme a sus personajes para abordar el tema del poder de la imagen en la sociedad. En un encuentro casual en un local de comida rápida, Tony (Gabriel Goity) se enamora perdidamente de Helena (Mireia Gubianas), una mujer con 30 kilos de más. Ya en pleno romance, sus esbeltos, sofisticados y venenosos compañeros de trabajo comienzan a hostigarlo y ridiculizarlo con crueles cuestionamientos ¿Cómo es posible que un ejecutivo exitoso y con un glorioso futuro se enamore de una "obesa"?  Enfrentado a sus propios prejuicios, el protagonista deberá reconocer que sí se avergüenza de su novia o defiende con uñas y dientes la relación.

Ambos tratados sobre las apariencias y la manipulación, donde el norteamericano destila toda su ironía, son dirigidas por el destacado director argentino Daniel Veronese. Labute, sinónimo de la nueva comedia dramática, es tan provocativo que algunos espectadores en EEUU y Londres han salido en medio de las funciones gritado "quiero matar al autor". Buenos Aires tampoco ha encontrado antídoto para el fenómeno Labute. Gorda lleva dos temporadas en Argentina y La forma de las cosas cumple seis meses a tablero vuelto.

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