Guillermo y Catalina sellan matrimonio en ceremonia marcada por las tradiciones de la casa real británica
Con perfecta puntualidad, los nuevos duques de Cambridge se casaron en una ceremonia en la abadía de Westminster, y sellaron su futuro con dos besos en el balcón de Buckingham.
Tras meses de expectativa, y años de espera por parte de los medios británicos, el príncipe Guillermo se casó con Kate Middleton, quien esta mañana se convirtió en Catalina, duquesa de Cambridge.
La ceremonia fue presenciada por 1.900 invitados, y por cerca de 2 mil millones de personas alrededor del mundo, que siguieron las transmisiones desde diversos medios de comunicación. El mundo fue testigo de cómo Middleton entró a la abadía de Westminster, y salió como un integrante más de la Familia Real británica.
Tanto la pareja como el resto de las personas que se vieron involucradas en los acontecimientos de esta mañana, se ciñeron al itinerario publicado por el palacio de Buckingham con anterioridad, de tal forma que a las 07.00 horas chilenas, 11.00 horas en Inglaterra, comenzaba la ceremonia presidida por el arzobispo de Canterbury.
La novia, que en las últimas semanas había creado dudas debido a que se había comentado que ella había estado a cargo del diseño de su vestido de novia, sorprendió con un elegante vestido de Sarah Burton, diseñadora de la casa de Alexander McQueen. El traje cuenta con encajes y flores bordadas, que recordó al lucido por Grace Kelly en su matrimonio con el príncipe Rainiero de Mónaco, y que la alejó de comparaciones con su fallecida suegra, Diana de Gales.
El príncipe Guillermo no quedó inmune ante la belleza de su novia, quien se pintó sola, tras unas clases de maquillaje. Una vez que se encontraron al fondo de la abadía, el hijo mayor de Carlos le dijo a Middleton "te ves hermosa".
Si bien casi todos los aspectos de la ceremonia se llevaron a cabo con gran precisión, hubo un desperfecto: la argolla le quedó algo pequeña a Catalina. Pero este problema no se repitió con Guillermo, debido a que el príncipe decidió no llevar una argolla.
A las 08.00 horas chilenas, o mediodía británico, los novios abandonaron la abadía como recién casados y duques de Cambridge, y fueron felicitados por el público expectante, que había pasado días acampando en el lugar, para estar entre los primeros en encontrarse con la joven pareja.
Los novios abandonaron la abadía en dirección al palacio de Buckingham, acompañados por una procesión que incluyó a Pippa Middleton y al príncipe Harry, hermanos y padrinos de los novios. Los siguió la reina Isabel, quien llegó vestida de amarillo, acompañada por Felipe de Edimburgo. El resto de la Familia Real también llegó hasta el palacio, con el objetivo de tomar las fotos oficiales, antes del almuerzo que ofrecería la monarca.
A las 09.25 horas de Chile, la pareja aparece por las puertas del balcón del palacio de Buckingham y, tal como lo hicieran Diana y Carlos en 1991, se dieron su primer beso oficial como marido y mujer. Pero las miles de personas que se encontraban afuera presenciando el histórico momento pidieron más demostraciones de afecto, por lo que los recién casados se dieron un segundo beso, algo más emotivo, antes de abandonar el balcón con el resto de la familia.
El día estará completo con un almuerzo ofrecido por la reina Isabel, al que asistirán 650 personas. Luego, a las 19.00 horas, 300 invitados asistirán a una cena que dará el príncipe Carlos en honor al matrimonio de su primogénito, y que se espera que dure hasta altas horas de la noche.
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