Historias de los primeros egresados de la beca vocación de profesor
Hay docentes que ya están devolviendo al Estado el beneficio, trabajando en colegios particulares subvencionados o municipales.
Trabajar en un colegio particular subvencionado o municipal, para devolver al Estado los recursos invertidos, es uno de los requisitos de la beca vocación de profesor. Y si bien, para los primeros egresados que recibieron el beneficio, desempeñarse en este tipo de establecimientos no es un sacrificio, sí viene acompañado de algunas dificultades para encontrar trabajo, cumplir con el número de horas exigidas y también respecto de las condiciones laborales y sueldos.
Bernardita Zunza dio esta semana su examen de grado y en marzo comenzará a trabajar en un establecimiento particular subvencionado, como profesora jefe de prekinder. Ella estudió Educación Parvularia en la U. de los Andes y fue beneficiada por la Beca Vocación de Profesor.
Según relata, le costó encontrar empleo: "mis compañeras que no debían devolver la beca y que postularon a colegios particulares pagados se demoraron menos en ser contratadas". En su caso, cuenta, envió solicitudes a 30 crecintos municipales y particulares subvencionados y sólo la llamaron dos de ellos.
La obligación de desempeñarse en un establecimiento que recibe recursos del Estado no es para ella una molestia y, por el cotrario, afirma que "siempre he querido trabajar en colegios de este tipo. Aunque no hubiese tenido la beca, lo habría hecho igual". Pero, al mismo tiempo, reconoce que "es difícil conseguir trabajo en esos establecimientos, porque tienen profesores contratados hace varios años y es complicado conseguir un cupo".
En el caso de Bernardita, quien estudió en el Colegio Sagrados Corazones de Manquehue, trabajará en el colegio particular subvencionado Sagrado Corazón de La Reina.
En el sector sur de Santiago se desempeña otro de los beneficiados. Se trata de Bernardo Bello, quien es profesor de Historia hace dos años en el colegio Nuestra Señora de Las Mercedes, de Puente Alto.
Bello, de 27 años, estudió Licenciatura en Historia en la Universidad de Chile y optó a la beca para sacar la pedagogía en la U. Diego Portales. Según el Ministerio de Educación, el beneficio exige devolver durante un año, 30 horas en aula semanales, en un colegio que reciba recursos del Estado. "Yo llevo dos años trabajando con 18 horas semanales y por eso pedí al ministerio que se pueda convalidar ese tiempo para pagar la beca", indica el docente.
Además, Bello plantea que si bien "es una súper buena iniciativa, no es algo definitivo, es un principio para atraer buenos estudiantes y con ganas". Según estima, "hay que establecer medidas de permanencia para que los profesores se puedan quedar en esos colegios municipales o subvencionados y no emigren a pagados". Esto, señala, se logra mejorando los sueldos, equilibrando las horas lectivas y no lectivas, otorgando perfeccionamiento y mejores condiciones de empleo.
El director de Impulso de Política Pública de la fundación Elige Educar, Juan Facundo Díaz, coincide con Bello y señala que aunque la beca es un buen instrumento para la atracción de talentos, "no compensa los bajos ingresos futuros que pueden tener esos profesionales en comparación a otras carreras". Agrega que "esta beca necesita un complemento y por eso es importante una nueva carrera profesional docente".
La beca vocación de profesor tiene dos modalidades: pedagogías y licenciaturas. La primera está dirigida tanto a los estudiantes que ingresen a primer año de una carrera de Pedagogía, Educación Parvularia o Educación Diferencial. En tanto, la segunda apunta a quienes estén cursando el último año de una licenciatura no conducente a título profesional, y que quieran seguir un programa de formación pedagógica.
Según datos del Mineduc, actualmente hay 8.646 beneficiarios de la beca. Además, alrededor de una treintena de profesionales han informado al ministerio que han comenzado a trabajar en algún colegio municipal, particular subvencionado o de administración delegada.
El plazo que tienen los alumnos para cumplir con este compromiso es de 12 años para los becados en pedagogías y siete para los de licenciaturas, por lo que la retribución se irá observando a largo plazo.
También hay 48 estudiantes que ya han cursado un semestre en el extranjero. Para optar a esto, el postulante debe haber obtenido desde 720 puntos promedio en la PSU. De todos los estudiantes que han obtenido el beneficio entre 2011 y 2014, hay 296 que cumplen con el requisito y, de ellos, 148 podrán optar proximamente a estudiar fuera de Chile.
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