Holanda y el Reino Unido comienzan a votar en elecciones europeas marcadas por el avance de la derecha

Con un alto índice de desempleo y resentimiento a las políticas de austeridad dictadas por los países en crisis, los partidos contra la inmigración y contra Bruselas llegan con ventaja a los comicios.




Holanda y el Reino Unido eran este jueves los primeros países en votar en unas elecciones al Parlamento Europeo cuyo interés se centra en el ascenso de los partidos de ultraderecha. 

Las elecciones se prolongarán durante 4 días. Unos 328 millones de votantes de 28 países están convocados a las urnas para elegir a 751 diputados que  tendrán un mandato de cinco años.  

Sólo el Reino Unido y Holanda votan este jueves; Irlanda lo hará el  viernes; la República Checa el viernes y el sábado; Italia, Malta, Eslovaquia y  Lituania el sábado; el resto de la UE el domingo.

El Reino Unido, donde además se celebran elecciones locales, elige a 73 eurodiputados y Holanda a 26.

Los resultados de las europeas se difundirán el domingo a las 18.00 hora chilena.

Con 26 millones de personas sin trabajo y con un gran resentimiento hacia  las políticas de austeridad dictadas por las instituciones europeas a países en  crisis, los partidos contra la inmigración y contra Bruselas juegan con ventaja. 

Los sondeos pronostican que en el Reino Unido, Francia y Holanda podrían  ganar las elecciones los partidos más escorados a la derecha, el UKIP, el  Frente Nacional y el Partido de la Libertad (PVV), paradójicamente los más antieuropeos del arco político.

"Si logramos lo que queremos, las cosas no volverán a ser como antes",  declaró a la prensa el líder del UKIP, Nigel Farage, antes de depositar su voto en una escuela primaria de Westerham, en el sudeste de Inglaterra.

"¿Cómo podemos permitir que venga más gente cuando no hay suficientes empleos para los británicos?", explicó a la AFP James Donhaughly, de 66 años, un votante del UKIP.

Unos datos oficiales sobre inmigración difundidos este jueves dieron aire al partido extremista británico: 201.000 imigrantes de la Unión Europea se  instalaron en el Reino Unido en 2014. 

En Holanda, el líder del Partido de la Libertad, Geert Wilders, fue a votar y pidió una gran movilización.

"Necesitamos otra voz, y no únicamente la de los eurófilos de Bruselas",  dijo.

"Si mucha gente vota, seremos los más beneficiados", añadió Wilders, cuyo  partido, a diferencia del UKIP, formó una alianza electoral con el Frente Nacional francés para formar grupo en Estrasburgo.

Según el último sondeo -PollWatch2014, difundido el 20 de mayo-, los partidos de ultraderecha y antisistema sumarán unos 95 escaños, un 12,6% del  total, una diferencia abismal respecto a la Eurocámara saliente en donde  sumaban unos 33 eurodiputados (4,3%). 

Aún así, conservadores y socialistas, agrupados respectivamente en el  Partido Popular Europeo (PPE) y Socialistas y Demócratas (S&D), se mantendrán  como los dos principales grupos políticos.

El PPE conseguirá 217 (57 menos que en las últimas elecciones) de los 751  diputados y el S&D 201 (+5).

Los votantes europeos se permiten en las elecciones al Europarlamento  decisiones que luego no mantienen en las elecciones nacionales. 

Un ejemplo fueron los seis eurodiputados que en 1999 logró el partido  francés Caza, Pesca, Naturaleza y Tradiciones, antes de caer en el olvido.

La pregunta que rodea a la pujanza europea de la ultraderecha y los antisistema es si se mantendrá en las próximas citas nacionales.

UNA INSTITUCIÓN QUE NO ENTUSIASMA 

Es la octava vez que los europeos votan sus representantes en el Parlamento  desde que en 1979 empezaron a hacerlo.

Su entusiasmo ha ido decayendo. Si entonces votaron el 63% de los europeos  con derecho a hacerlo, en 2009 fueron el 43%. Para estas elecciones, los  sondeos pronostican nuevos récords de abstención, la más alta de la historia democrática en España, por ejemplo (participación en torno a un 40%). 

El presupuesto de la institución para 2014 es de 1.756 millones de euros  -casi 2.000 millones de dólares-, de los que el 35% se dedica a gastos del  personal, principalmente a los salarios de los 6.000 funcionarios empleados por  la secretaría general y los grupos políticos, un ratio de casi ocho  funcionarios por diputado.

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