Isabel Allende: "Escalona ha sido crítico y para nosotros la prioridad es la lealtad con la Presidenta y sus desafíos"

La senadora -quien formalizó esta semana su interés en competir por la presidencia del PS en 2015- marca con dureza las diferencias con su contendor.




La Presidenta del Senado, Isabel Allende, la primera mujer en ocupar ese cargo, busca sumar un nuevo hito en su carrera política: convertirse también en la primera mujer que dirige los destinos del Partido Socialista (PS). Para conseguir ese objetivo deberá derrotar en abril de 2015 al ex senador Camilo Escalona.

¿Por qué se postula a la presidencia del PS?

El nuestro fue un proceso de diálogo, auscultación, diagnóstico compartido y convergencia entre distintos sectores del partido. Esto no parte por una decisión individual mía. Se llegó a la conclusión de que mi nombre era el que generaba mayor consenso. Esa es la razón que me motiva a hacerlo.

¿Qué le propone al partido? 

Queremos mantener y profundizar el ambiente que generó Andrade. En el PS había mucho distanciamiento, las minorías no se sentían integradas, no había fraternidad ni una dirección colectiva. Y en las dos últimas direcciones de Osvaldo hemos participado todos. Y la primera definición que estamos proponiendo es la lealtad con la Presidenta Bachelet, con su programa, sus reformas y  su voluntad transformadora.

En ese sentido, ¿cómo ve los cuestionamientos que ha hecho Camilo Escalona en contra de algunas propuestas del gobierno? Por ejemplo, ha sido muy crítico de la reforma educacional…

Quiero referirme menos a mi contendor y más a lo que yo pienso. Pero, claramente, ha sido bastante crítico. Y para nosotros la prioridad número uno es la lealtad con la Presidenta y sus desafíos. El partido de la Presidenta tiene una tremenda responsabilidad: no sólo debería apoyar a su gobierno, a ella, sino que, además, articular las mejores relaciones dentro de la Nueva Mayoría.

¿Cuál es su principal diferencia con Escalona?

Para empezar, hay que cambiar los rostros en el PS. Y nunca ha habido una mujer presidenta. Es un hito. En segundo lugar, sería la cuarta o quinta vez que Escalona se postula como presidente del partido. Además, lo nuestro es un proceso colectivo, que culmina una vez que hay un cierto consenso en torno a mi nombre, que es distinto a decir, como creo que ha sido el caso de Camilo, hace siete meses atrás, "yo quiero ser presidente del partido, me postulo". Es distinto el proceso. También, hay un tema de género, que no es menor. Llevo harto tiempo diciendo que las mujeres estamos subrepresentadas. Fui la segunda mujer presidenta de la Cámara, la primera mujer presidenta del Senado, y estoy dispuesta a ser la primera presidenta del PS. Y tengo un estilo distinto, muy cercano con la Presidenta y sus desafíos, pero también al interior de la Nueva Mayoría, con mucho respeto a la diversidad. A mí me diferencia de Camilo que lo nuestro es algo colectivo, mucho más diverso y transversal.

¿Por qué cree que se generó un proyecto colectivo y transversal en torno a usted, y no en torno a Escalona? Incluso la apoyan dirigentes del sector del ex senador: la Nueva Izquierda…

Creo que le gente empezó en el último tiempo a resentir un estilo más autoritario y hechos que ocurrieron: que no aceptó una primaria, que no postuló y fue muy ácido y crítico, incluso con el propio presidente del partido, en circunstancias que era de su propia corriente. La gente se está cansando de estos lenguajes de "lealtades" y "traiciones", que "los que no están conmigo son unos traidores". La gente está deseosa de otra forma de conducir. Y la gente ha percibido críticas que ahora él está empezando a girar.

¿No ha sido consecuente?

No sé sino ha sido consecuente. El, a lo mejor, pensó una cosa, y ahora está cambiando, pero ha sido bastante crítico. La última semana lo he visto con frases apoyadoras a los desafíos del gobierno. Es algo muy reciente. La gente está un poco cansada de un rostro y un estilo que mira más en torno a ciclos ya pasados. Este partido necesita más deliberación, y no descalificación. A la gente no le gusta que le digan que está fumando opio si es que quiere una Asamblea Constituyente. A la gente no le gusta que le den un portazo y que le digan 'no'. Años atrás, planteamos la primaria, y se nos dijo que no. Después se consiguió, y es un logro.  En fin, hay muchas diferencias valóricas y de estilos. Yo no voy ni desde los 'chupasangres' hasta el 'fumar opio'. O de los 'leales' a los 'traidores'. Esa forma de comportamiento interno, que es poco fraterno, es de lo que la gente se cansó. Por eso hay gente de su propio sector que se ha sentido decepcionada. Carmen Andrade, Manuel Monsalve, Denise Pascal y mucha otra gente, han dicho que no van a votar por Camilo.

Ud. plantea una especie de avance con su candidatura, y un retroceso si es que vuelve Escalona...

No me gustaría que se volviera a prácticas que se tuvieron antes de la dirección de Andrade. Teníamos tensiones, exclusiones.

Una de las tareas de la próxima directiva será buscar un candidato presidencial…

Claro. Ni Velasco ni ME-O representan al PS. Son como los extramuros de la Nueva Mayoría y necesitamos un candidato propio. No veo por qué el PS tendría que abdicar de llevar una candidatura. Pero falta mucho. Hoy es exageradamente temprano.

En la Nueva Mayoría dicen que es incompatible ser presidente de un partido, en este caso el PS, y después buscar una candidatura a La Moneda. Esto, por el desgaste del cargo. ¿Lo comparte?

No, mire. Si uno postula a la presidencia de un partido es porque tiene absoluta conciencia de la responsabilidad que eso implica, tal como tengo conciencia que hoy, antes que nada, soy y seguiré siendo presidenta del Senado hasta el 11 de marzo. De ahí para adelante, sobre todo tras el 26 de marzo, que es la fecha de la inscripción, mi responsabilidad principal será la conducción del PS. Y el principal desafío va a estar en las municipales. Ahora, como creo que es totalmente prematuro anticipar el tema presidencial, no veo ninguna incompatibilidad. Yo no estoy en campaña presidencial, y nadie me ha visto ansiosa ni detrás de las encuestas ni autoproclamándome.

¿Pero como norma general, no cree que sea incompatible?

¿Pero por qué va a haber incompatibilidad, si nadie está ejerciendo una candidatura presidencial? ¿Alguien me ha visto haciendo campaña presidencial? ¿Estoy asistiendo a foros porque soy precandidata presidencial? Para nada. Entonces, no es así. Si yo estuviera definida y fuera mi deseo, yo le voy a decir, bueno, a lo mejor es un riesgo. Las presidencias de los partidos pueden ayudar a potenciar los liderazgos o pueden ser exactamente lo contrario.

Por eso le pregunto: por el costo...

Claro, es mucho costo. Si uno está postulándose al PS, a conciencia de los costos que puede tener, es porque tiene la convicción de que puede aportar acá y porque no está en primera línea el pasado mañana postularme. Eso el tiempo lo dirá y verá.

Si gana la elección interna, ¿se mantendría los dos años?

Me mantendría por los dos años que dura el período. Eso significa que terminamos en abril de 2017. Las elecciones son en noviembre y  de haber primarias, se harán en agosto, octubre. O sea, no exageremos.

Habría tiempo…

Mucho tiempo. En política, tres años es toda una vida. Nadie sabe lo que puede pasar. Yo puedo salir a la esquina y me atropella un camión. O puede pasar lo que pasó con los 33 mineros, que Laurence Golborne subió como espuma, y después cayó.

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