Javiera Díaz de Valdés se inspira en Rita Hayworth para teleserie
La actriz, que interpretará a una ninfómana en la telenovela nocturna de CHV que debuta en enero, cuenta cómo preparó su rol.
Dos horas, entre maquillaje y peluquería, tarda Javiera Díaz de Valdés para convertirse en "Rubí", una de las prostitutas de la primera teleserie nocturna de Chilevisión, Mujeres de lujo, que debutará en enero próximo. "Mi look y todo mi personaje está inspirado en Rita Hayworth, como de femme fatale de los años 50", explica la actriz, que agrega que debe usar pestañas postizas, mucho rojo en las uñas y los labios y un lunar en la mejilla. Y, al contrario de otras actrices, la sensualidad que deberán mostrar en pantalla es uno de los puntos que la entretiene en las grabaciones. "Tenemos licencia para disfrazarnos, para vestirnos de manera sensual y en todas las grabaciones podemos jugar. Andamos estupendas todo el rato y hacer de prostituta es como una suerte de fantasía y súper entretenido de interpretar", dice riendo.
Además de prostituta, su persona tiene una patología: "Es una ninfómana diagnosticada por el siquiatra, adicta al sexo y con doble vida", adelanta. Porque su personaje es una mujer casada y que ama a su marido (Nicolás Poblete), "pero a la vez necesita ser prostituta y rodearse de lujos, joyas y glamour. Es una dominatriz, ligada al sadomasoquismo, se maneja un poco con el látigo y esas cosas", hasta que establece una relación extramarital con un escritor que conoce (César Sepúlveda).
Pero interpretar su rol en Mujeres de lujo, Díaz de Valdés ha tenido que tomar clases de baile y de caño junto a sus compañeras de elenco, aunque esta última incursión reconoce que "no es fácil, porque hay que tener una fuerza en los brazos y practicar mucho". Y cuenta que la aventajada en esas lides es Bárbara Ruiz-Tagle. En la historia, la actriz comparte roles con Fernanda Urrejola, Marcela del Valle, Catalina Olcay y Catalina Guerra. Con ellas parte grabando a las ocho de la mañana, con jornadas que se extienden hasta las siete de la tarde.
Sobre su primera incursión en la franja de las 22 horas, está entusiasmada: "Las teleseries nocturnas funcionan porque la TV está más abierta a tocar temas que pueden ser tratados en ese horario, ya que las vespertinas se han vuelto livianas, de entretención, para pasar el rato".
QUE DIGAN LO QUE QUIERAN
La actriz se separó recientemente de Pablo Mackenna, pero apenas se le toca el tema advierte que "prefiero no hablar" y cambia su rostro. Y explica por qué: "En lo personal, no me enrollo ni cuestiono; me ha impresionado las cosas que han hablado, pero se me olvidan en un rato. Creo que uno tiene problemas más importantes en la vida que andarse preocupando de lo que hablen, no le doy la importancia, porque no la tiene. Que digan lo que quieran".
Tras su separación, la actriz comenzó a grabar la producción de Chilevisión pero dice que parte de su dedicación va a su hija Rosa, de un año y medio. "Trato de estar lo más presente, desde que uno es mamá nunca más dormiste y si carreteaste la noche anterior, al otro día estás frita, porque tienes igual que estar despierta a las siete de la mañana y ser mamá. Pero eso me encanta". Y se anima al hablar de la hija que tuvo con Mackenna: "Es una niñita muy feliz, muy acompañada y regalona, porque es la primera nieta de parte de mi familia. Ahora va a empezar a ir al jardín y me gusta que sea tan alegre".
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