Juana Molina vuelve para presentar su celebrado último disco

La apuesta por el riesgo ha sido una constante en la carrera musical de Juana Molina, incluso desde antes que ésta comenzara. A mediados de los años 90, la hija del tanguero Horacio Molina y la modelo Chunchuna Villafañe se convirtió en una estrella televisiva gracias a Juana y sus hermanas, programa humorístico en el que interpretaba a diversas mujeres en pantalla, que le valió reconocimientos de la industria y un culto subterráneo que perdura hasta hoy. Por eso, para buena parte de su público no fue fácil aceptar que de un día para otro la artista decidiera abandonar la pantalla e iniciar una carrera como solista, la que estrenó con un álbum cuyo título sonaba a declaración de principios: Rara (1996).

A dos décadas de su debut discográfico e instalada hace varios años en el panteón de la vanguardia musical latinoamericana, Juana Molina parece por fin haber hecho las paces con la audiencia de su país, donde viejos seguidores como fanáticos de nuevas generaciones reciben con entusiasmo y sin prejuicios cada uno de sus álbumes. Así ha vuelto a quedar demostrado con Halo, publicado en abril de este año; un nuevo desafío a las estructuras convencionales del formato canción que ha sido recibido con entusiasmo por los críticos de su país y por sitios especializados de Estados Unidos y Europa.

Es con la gira promocional de este séptimo título que la trasandina volverá en agosto a Chile, donde realizará una presentación de disco en el sentido amplio de la palabra. Primero, el viernes 11 de ese mes, con su participación en un conversatorio en el Hotel Luciano K, donde contestará preguntas de los asistentes (ver recuadro). Y al día siguiente con el estreno formal y en vivo del disco, en un show en formato íntimo fijado para las 22 horas en el Teatro San Ginés.

Las entradas para el evento tendrán un valor único de $ 15.000 y se pueden adquirir a través del sistema Passline o en las tiendas Needle de Santiago, según detallan los encargados de su visita, organizada en el marco de las Red Bull Music Academy Sessions, la misma actividad que trajo recientemente a la capital al músico estadounidense Theo Parrish y al grupo canadiense BadBadNotGood. Además, el show contará con dos invitados especiales: Ela Minus, el proyecto solista de la colombiana Gabriela Jimeno, y Valesuchi, una de las más destacadas exponentes de la electrónica local.

El ocultismo, lo esotérico y los ambientes nocturnos son parte del imaginario que atraviesa las doce canciones de Halo, cuya carátula muestra un hueso con los ojos de Molina y donde abundan las referencias a oráculos, brujería y paisajes ocultos a simple vista.

"Con cada nuevo álbum, a medida que va desarmando capas y capas de rígida estructura folk y pop, Juana Molina va a su vez revelando más y más sobre su mundo interior", publicó en mayo el sitio web de Pitchfork, que destacó éste LP como el más sólido de la solista argentina a la fecha.

En el álbum, editado por el sello belga Crammed Discs, los loops y los efectos vocales e instrumentales reafirman la apuesta de la cantautora por la repetición, un concepto sobre el que se ha referido en diversas ocasiones, y que aplica desde sus tiempos de estrella televisiva. "La gente que medita tiene un mantra que repite. Con mis canciones sucede algo por el estilo. Es una rueda que no gira en falso, no hay una repetición obstinada sino algo que avanza", señaló al diario La Nación.