Justicia electoral absuelve a Temer, pero mandatario aún enfrenta precaria situación
El TSE votó contra la casación de su mandato, tras acusaciones de financiamiento ilícito de campaña. Sin embargo, Fiscalía lo investiga por supuestos sobornos recibidos de parte de la empresa JBS.
"Voto por la anulación de la fórmula presidencial elegida en 2014, por los abusos que fueron investigados". Después de pasar cerca de nueve horas describiendo la evidencia de pagos ilegales, el juez Herman Benjamin, instructor del juicio contra Michel Temer, votó a favor de la condena del mandatario brasileño y de la ex presidenta Dilma Rousseff, por financiar la campaña de ese año con dinero ilícito de la constructora Odebrecht.
Pero Benjamin, que emitió el primer voto, formaba parte de la minoría. Ello, porque finalmente el Tribunal Superior Electoral (TSE), compuesto por siete jueces, le dio por estrecho margen (cuatro votos contra tres) un respiro al asediado Presidente, al descartar la anulación de su mandato. Sin embargo, la situación de Temer seguirá siendo precaria por las acusaciones de corrupción en su contra.
Temer, quien siguió el juicio por televisión, se mostró "muy sereno, tranquilo, confiado de que tiene la mejor tesis jurídica y de que será victoriosa", según confidenció a France Presse una fuente del Palacio de Planalto poco antes del fallo. El mandatario tenía razones para ello. Dos de los jueces que finalmente votaron contra su casación, Tarcísio Vieira y Admar Gonzaga, habían sido designados en el cargo hace dos meses por el Presidente.
La votación se definió con el voto del presidente del TSE, Gilmar Mendes.
La victoria en el TSE, sin embargo, "no significa que Temer podrá respirar aliviado. En verdad, habrá ganado una batalla, pero aún enfrentará muchas otras batallas en esa guerra para mantener el mandato hasta 2019", escribió Eliane Cantanhêde, columnista del diario O Estado de Sao Paulo. "La decisión favorable del TSE le da Temer, sin duda, una importante victoria, pero no representa una garantía de que él completará el mandato, hasta el 31 de diciembre de 2018", explica a La Tercera Sylvio Costa, fundador de Congresso em Foco, un grupo que vigila y rastrea la corrupción legislativa en Brasil.
"En escena permanecen la Operación Lava Jato (donde Temer puede ser denunciado por el fiscal general de la República), la pérdida de aliados políticos (hasta el PSDB discute si se queda o deja el gobierno), las dificultades en la economía y el desgaste de un Presidente impopular, que hoy prácticamente dejó de gobernar y apenas intenta defender su mandato", detalla Costa.
Según la consultora Eurasia Group, el fallo favorable del TSE hace que las posibilidades de que Temer no acabe su mandato "caigan considerablemente de 60% a 30%". Sin embargo, la consultora destaca un factor con potencial explosivo para al Presidente: la investigación de la fiscalía y en manos del Supremo Tribunal Federal (STF) en base a las declaraciones premiadas de ejecutivos del gigante cárnico JBS. Entre esas declaraciones está la famosa grabación hecha por el dueño de JBS, Joesley Batista, en la que Temer parece dar aval al pago de un soborno. Este viernes el mandatario se negó a responder preguntas de la Policía Federal sobre JBS.
Janot, quien deja el cargo en septiembre, podría presentar formalmente cargos contra Temer en cualquier momento, aunque esa demanda que podría apartarlo del cargo debería ser aprobada por la Cámara de Diputados. Sin embargo, Andreza Matais, columnista de O Estado de Sao Paulo, dice que "articuladores del gobierno sostienen que el fiscal general no tendrá el apoyo de dos tercios de los diputados para procesar a Temer".
Asimismo, un tercio del gabinete de Temer y decenas de legisladores son investigados por corrupción, lo que pone en riesgo la aprobación en el Congreso de medidas de austeridad que quiere el gobierno. Se considera que esas medidas son clave para recuperar la confianza de los inversionistas en Brasil.
La aprobación pendiente de estas reformas también se tambalea por la erosionada base oficialista en el Congreso. El PSDB, principal socio del partido de Temer, el PMDB, debe decidir el lunes si abandona el gobierno. Este es el partido que, paradójicamente, presentó hace tres años la denuncia que motivó el juicio en el TSE, cuando estaba en la oposición de Rousseff.
Pero hay más frentes abiertos que preocupan a Temer, destaca France Presse. Esta semana se supo que el Presidente usó un jet privado de Batista para trasladar gratuitamente su familia en 2011, cuando era vicepresidente. Y hay un gran temor de que su cercano ex asesor Rodrigo Rocha Loures, detenido por corrupción, haga una delación compensada con la justicia.
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