Kickboxing: muerte de niño reabre el debate
Scott Marsden (14 años) murió en Inglaterra luego de un combate por la corona británica de su categoría. "Hemos tenido suerte de que no haya ocurrido en Chile", dice Claudio Pardo.
Todo fue un caos para los Marsden este fin de semana. La familia, ligada fuertemente a las artes marciales mixtas, y en especial al kickboxing, vio ayer cómo Scott (14 años), uno de sus más promisorios herederos falleció. Fueron días terribles para el clan británico.
La pesadilla comenzó el sábado, mientras el niño disputaba el título nacional de su categoría en Leeds. Allí, mientras se realizaba el combate, repentinamente se desplomó, siendo socorrido por los médicos presentes. Permaneció en urgencia, en estado de extrema gravedad hasta ayer, cuando finalmente murió, abriendo un debate respecto a la verdadera seguridad que tienen los chicos en un deporte de tal nivel de contacto.
En Chile, donde esta disciplina ha crecido fuertemente durante los últimos años, todos lamentaron el trágico desenlace.
"Es una historia terrible, no me había enterado", dice Iván Galaz, campeón mundial del Consejo Mundial de Kickboxing (WKC) en la categoría hasta 89 kilos.
El Terrible -su apodo de combate- asegura que el kickboxing es un deporte que tiene mucho de contacto, pero que en Chile no presenta un peligro practicarlo. "Es difícil ver un nocáut a nivel local, eso ocurre más en las peleas de profesionales", explica.
Además, reconoce que la regulación que tiene este deporte es muy básica en el país, donde no hay una regulación ni con los deportistas ni con los profesores que los instruyen. "Está lleno de profesores chantas. Por eso, es importante que un papá que quiere que su hijo haga este deporte, primero se informe bien del currículum del instructor. Este es un mundo muy chico y siempre se sabe quiénes son los buenos y quiénes no".
Claudio Pardo, entrenador de Carolina Crespita Rodríguez y ligado profundamente al kickboxing (perteneció a la federación nacional y peleó en Europa durante los '90) es crítico con el desarrollo que ha tenido este deporte. Entrega un testimonio que grafica las carencias técnicas y logísticas que afectan a la disciplina en el país.
"Hemos tenido suerte que en Chile aún no haya ocurido esto. He visto peleas muy mal organizadas. Una vez vi pelear a un niño de 14 años contra un argentino de 21, éste le pegó una patada en la cabeza al chico y quedó tendido. Tuve que ir a socorrerlo, porque no había ningún médico o paramédico en el evento. Eso es algo impresentable. Encima, los papás mirando, creyendo que de esto se trata el deporte, por culpa de unos irresponsables", confiesa.
Ambos hacen la diferencia entre las competencias que organizan las dos federaciones que existen en el país (WAKO Chile y la Liga de Deportes de Contacto) y los eventos organizados por particulares. "Veo que hay muchos profesores que dicen tener hasta el décimo Dan, algo que ni Bruce Lee pudo conseguir en vida, es ridículo", ejemplifica Pardo.
Aunque de otra disciplina, Diego Rivas, el chileno que compite en la UFC, reconoce que que en las artes marciales mixtas el escenario es similar, aunque destaca una cosa: "Siempre que peleé en Chile, vi una ambulancia cerca". Además, el Pitbull hace una salvedad con su especialidad, ya que "aquí, a diferencia de los otros deportes, no hay cuenta regresiva. Si te noquean el combate termina. El nocáut es un reseteo del cerebro, está comprobado que cuando obligas a reactivarlo es donde se produce el mayor daño".
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