King Diamond: "Estuve literalmente muerto pero tuve la voluntad para volver a vivir"
El cantante danés, una de las últimas leyendas del heavy metal, habla con La Tercera de su esperado concierto en Chile, el primero junto a su banda. A siete años del accidente que casi le cuesta la vida y recién estrenado en la paternidad, el hombre que juntó rock y terror dice que su voz sólo mejora mientras el mundo sólo empeora.
Hace rato que King Diamond decidió prescindir de los managers y los encargados de prensa, por lo que es su esposa, la artista húngara Livia Zita (32), quien se ocupa de contestar amablemente la llamada vía Skype que reciben desde Chile. Tras algunos problemas de conexión aparece finalmente Kim Bendix Petersen, el cantante nacido hace 61 años en Dinamarca y hoy residente en Dallas (EE.UU.), la persona de carne y hueso detrás de uno de los personajes más espeluznantes, creativos e influyentes de la historia del heavy metal.
"¿Cómo está todo por allá en Chile?", comienza preguntando el cantante, con una voz sorprendentemente juvenil y un inglés de acento nórdico. Y aunque el motivo principal de la llamada es el debut en Chile con su banda -luego de dos visitas al mando de Mercyful Fate- este 29 de octubre, en la nueva versión del festival Santiago Gets Louder en Movistar Arena, en pocos minutos de conversación Bendix se revela como un tipo bastante más multidimensional que su personaje, explayándose con entusiasmo frente a preguntas relativas al rock pesado y el satanismo; emocionándose al hablar de su estreno en la paternidad y el triple bypass que casi le cuesta la vida, e incluso riendo luego de enterarse que Abigail, el legendario disco de 1987 que viene a tocar al país -y piedra angular del black metal- es también el título de una teleserie que marcó a los televidentes latinoamericanos.
"Estoy realmente contento de ir a Chile porque este es el momento ideal para ver a King Diamond. La banda está más afiatada, sonamos mejor y es la mayor producción que hemos hecho para una gira, así que les garantizo que lo que verán no lo olvidarán nunca", amenaza.
¿Por qué cree que el legado de Abigail ha sido tan duradero?
De partida, fue el primer álbum conceptual de horror, ninguna banda hizo algo así antes y para cuando salió el disco todo se sintió como una revolución, causó un revuelo más fuerte del imaginado. Además, tiene mucha dinámica, hay metal puro pero también segmentos acústicos y otros con cellos, todo bien análogo, algo que intentamos replicar en vivo. Esa es la forma que queremos trabajar nuestro próximo disco de estudio. Queremos volver a ese sentimiento, a esa forma de hacer las cosas que sentimos es la correcta.
En sus últimos shows se le ve en muy buena forma. ¿Está recuperado de los problemas cardíacos que lo afectaron hace siete años?
He podido volver a cantar como lo hacía antes y mi vida ahora está completamente orientada a lo saludable. Hago ejercicios a diario, camino dos kilómetros cuatro veces a la semana, mis exámenes han salido muy bien. La mayoría de los cantantes de mi edad se ven obligados a bajar un par de tonos las canciones, especialmente en este género, pero para mí ha sido lo contrario, lo que es bastante loco.
¿Cuánto lo marcó esa experiencia en el hospital?
Te das cuenta que le puede pasar a cualquiera, porque yo no me maltrataba. Nunca he consumido drogas ni he bebido en exceso. Para mí fue una prueba que tenía que superar. Estuve muerto por un rato, literalmente, pero tuve la fuerza de voluntad para volver a la vida. Incluso con todo lo que viene después, la rehabilitación y todo eso. Cuando volví a caminar le preguntaba a mi esposa si sentía mi mano o podía escucharme porque hay días en que te sientes en un limbo, como si no estuvieras realmente allí, como si no perteneciera a este lugar. Podría hablar dos horas de esto pero mucho de esta experiencia va a estar en mi próximo disco, que se ambientará en un hospital.
¿Sigue todavía los preceptos del satanismo laveyano o ahora vive bajo sus propias reglas?
Siempre he vivido bajo mis propias reglas. Incluso cuando conocí la Biblia Satánica de Anton LaVey ya estaba viviendo mi vida de esa forma. Años después tuve la oportunidad de conocer a LaVey, allá por el año 88 u 89, estuvimos dos horas los dos solos en una cámara ritual de su iglesia en California. Fue un encuentro de mucho respeto mutuo, él me entregó una carta que llevo conmigo en cada gira hasta hoy, pero no te puedo decir qué dice.
¿Sus creencias tienen algo que decir sobre el mundo que vivimos hoy? La religión se ha vuelto un tema violento.
Siempre he odiado las religiones. Respeto a la gente y sus creencias pero detrás de toda religión hay un abuso de poder. Siempre ha sido así, incluso antes del cristianismo: donde ha habido una religión han habido también acciones horribles en nombre de un dios, sin respeto entre los seres humanos. No estoy diciendo que no existan dioses, sería estúpido de mi parte porque cómo yo podría saberlo. No puedo decir si hay uno o varios, nadie puede demostrar que tiene la razón sobre otro. Si alguien pudiera comprobarlo entonces todos lo seguirían.
¿Qué música escucha actualmente? ¿Le interesa el heavy metal que se hace hoy en día?
Sigo escuchando mis discos de siempre, las bandas que conozco. Personalmente, digo. No ando buscando demasiado en lo nuevo porque las viejas bandas siguen sonando nuevas, como los primeros álbumes de Black Sabbath, o Queen. Lo que sí he renovado es el equipamiento, me compré unos parlantes nuevos y hasta ahora no sabía que algo podía sonar así de increíble. Hasta Smoke on the water de Deep Purple, que la he escuchado ocho mil veces, suena distinta.
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