La campaña que busca reconocimiento para el primer gato astronauta de la historia

Si bien a través de la historia espacial se han enviado conejos, ratas y también perros famosos como "Laika", un desconocido felino también es parte de este selecto grupo de animales astronautas, y su historia ha pasado injustamente inadvertida.

Es lo que piensa Matthew Serge Guy, un usuario del sitio de financiamiento colectivo Kickstarter que busca construir una estatua para "Félicette", una gata lanzada al espacio por el programa francés hace 54 años.

Guy cuenta que hace muy poco supo de la existencia de Félicette, gracias a una ilustración que mostraba el logro de un felino francés que llegó al espacio, pero que no se parecía físicamente a la gata original, ni tampoco tenía su nombre.

"Tras buscar en Google, me fascinó la historia de Félicette y cómo fue olvidada a lo largo de los años. Sentí que debía hacer algo", afirmó en el sitio, donde busca reunir 53 mil dólares para crear un monumento de bronce que se sitúe en París, ciudad natal del felino. Por ahora el diseño no está listo, pero entre las ideas que se tienen en consideración, la mayoría muestran a un gato en un pedestal.

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Tal como en el caso de la malograda perra "Laika", Félicette fue sólo una de los 13 felinos sacados de la calle para experimentar con ellos. Inicialmente, el gato lanzado al espacio sería "Félix", pero escapó antes de la misión.

En aquél tiempo los franceses estaban muy interesados en los experimentos con animales realizados por los rusos y estadounidenses, por lo que decidieron innovar utilizando a un gato. Así, antes de su aventura espacial, la gata fue entrenada arduamente para soportar las condiciones del despegue y breve estadía en el espacio, con pruebas que involucraban largas sesiones en máquinas centrífugas con aumentos de fuerzas G y una operación de diez horas donde se le implantó una serie de electrodos craneales para monitorear su actividad cerebral.

Félicette fue enviada al espacio un 18 de octubre de 1963 desde una base en Argelia. Tras el lanzamiento, el cohete, un Véronique AG1 fabricado en Francia, alcanzó casi 160 kilómetros de altura sobre la Tierra, en un vuelo que tuvo una duración de apenas 15 minutos y que le dio a Félicette cinco minutos de ingravidez, aunque nunca estuvo en órbita.

Posteriormente, la gata volvió a la Tierra en una cápsula con paracaídas sana y salva, aunque se le practicó la eutanasia con el objetivo de estudiar los cambios en su cerebro.

Tras el logro, la prensa británica de la época la llamó la "Astrocat", mientras que el gobierno francés le dedicó sellos postales en 1992 y 1997. Aún así, su historia no ha sido del todo conocida.

Una semana después del exitoso lanzamiento de Félicette, otro felino, esta vez anónimo, fue lanzado al espacio. Sin embargo, murió en el viaje tras explotar la cápsula, y las pruebas nunca volvieron a repetirse.

Fuente: Kickstarter