La historia del mayor fraude científico del siglo
El instituto Riken de investigación científica de Japón admitió que su promocionado y supuestamente "revolucionario" estudio sobre células madre contenía datos "fraudulentos".
El escándalo saltó a mediados de marzo, cuando los responsables del Centro de Desarrollo Biológico Riken, institución financiada por el gobierno nipón, anunciaron una investigación interna sobre un estudio publicado en la revista especializada Nature por las dudas sobre la validez del material utilizado.
El gran hallazgo que anunciaba Nature a fines de enero mostraba un método sencillo y rápido para reprogramar células adultas al sumergirlas en ácido y convertirlas así en células madre capaces de transformarse en cualquier tejido.
Por esta capacidad, las células madre ya están en fase de prueba para tratamientos en los ojos, el corazón y el cerebro, y este último avance anunciado por los científicos japoneses podría abaratar los costos y hacer más segura la tecnología para crearlas.
La noticia tuvo eco en todo el mundo y fue descrita como un "gran descubrimiento científico".
Pero tras su publicación, surgieron dudas significativas sobre las imágenes usadas para documentar el estudio. Además, varios laboratorios intentaron sin éxito replicar los resultados. Es más, a raíz de las sospechas de errores, Teruhiko Wakayama, profesor de la Universidad de Yamanashi y uno de los autores del proyecto, pidió que se retirara el estudio.
Los expertos de Riken que investigaron esas acusaciones anunciaron este martes en rueda de prensa que dos grupos de imágenes de fragmentos de ADN usados en el estudio fueron manipulados o modificados por Haruko Obokata, la joven científica que lideró el trabajo sobre células madre.
NEGLIGENCIA
"El comité de investigación ha concluido que Obokata es responsable de manipulación y, por lo tanto, de mala praxis en la investigación", dijo Shunsuke Ishii, el científico de Riken que dirigió el grupo investigador, según recoge la agencia de noticias Associated Press.
En su informe final, el comité identificó dos instancias de mal comportamiento profesional.
Uno involucra el montaje de partes de dos fotos en una figura del documento publicado. Según los científicos de Riken, esto supone un "acto de mala praxis en la investigación, que se corresponde con falsificación", tal como informa la revista científica New Scientist.
La otra instancia implica la reutilización de datos aparentemente provenientes de la tesis doctoral de Obokata, a pesar de que los experimentos doctorales eran diferentes y realizados en otras condiciones.
Esto, según el comité de Riken, constituye "un acto de mala praxis en la investigación que implica fabricación".
Por su parte, Obokata se declaró sorprendida y enojada por esas conclusiones y anunció que apelará ante Riken.
"Es absolutamente imposible para mí aceptar esto", dijo la científica de 30 años en un comunicado.
El premio Nobel Ryoji Noyori, presidente de Riken, afirmó que tras el proceso de apelación se tomarán medidas disciplinarias, entre las que se incluye la retractación del estudio.
Pero los científicos de Riken aclararon que tomará meses determinar si los hallazgos del trabajo son realmente válidos a pesar de los datos cuestionados, aunque Obokata asegura que su investigación es genuina.
Aunque Obokata es considerada la única responsable de haber manipulado información esencial, el comité de Riken también cree que otros tres coautores del estudio fueron negligentes al no verificar con exhaustividad los resultados.
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