La mujer que guía a los navegantes
Chile cuenta con más de mil señales marítimas que ayudan a los marineros. De ellas, 19 son faros habitados. Y el Fairway, de Magallanes, tiene a la primera mujer a cargo de una de estas unidades: la cabo Cindy Gutiérrez, de la Armada. Un trabajo extremo y 24/7 en el horizonte.
A principios de agosto, personal de la Armada realizó el abastecimiento de los faros habitados de la III Zona Naval, correspondientes a Magallanes y la Antártica.
Dentro de las torres que fueron parte de este proceso estaba el Fairway, ubicado en un islote del mismo nombre y que desde 1920 funciona en dicho lugar. La cabo segundo de la Armada Cindy Gutiérrez Fuentes (23) es la encargada del hito; la primera mujer en Chile que es jefa de faro.
"Me llamaba la atención la experiencia que se podría vivir, porque yo estuve en Chiloé y a veces íbamos a ayudar a lugares aislados, donde vivía poca gente, y me causaba curiosidad saber cómo la gente podía vivir tan solos, sin electricidad, sin agua potable", cuenta.
Ella llegó junto a su marido hasta Fairway el 14 de diciembre de 2016. Su período a cargo del faro es por un año. "Ha sido un gran desafío en lo profesional y en lo personal, porque primero nos adaptamos a la soledad y al frío", señala.
Su trabajo consiste en administrar esta señal y colaborar con las embarcaciones que requieran ayuda. Además, ellos prestan servicio informando tanto al continente como a otros faros cercanos de las condiciones climáticas imperantes en el sector.
"Acá nadie nos vigila, pero sabemos que debemos cumplir en forma puntual y permanente con nuestra labor", indica Gutiérrez, agregando que no pueden salir del islote y que tienen que estar atentos a cualquier situación.
"El faro siempre tiene que estar listo para una vigilia inesperada. En este hito el control de tráfico es desde las 8.00 hasta las 12.00, pero en realidad estamos 24/7. A veces usamos una radio pequeña, la cual llevamos a nuestra cama y contestamos igual", agrega. De esta forma, se turnan con su pareja para contestar las llamadas y así uno de ellos pueda dormir.
Las condiciones de vida son complejas, pero se las arreglan para subsistir. Cuentan con un generador eléctrico. Los celulares no les funcionan, pero sí tienen Internet y teléfono. Incluso poseen una pequeña huerta y gallinas.
"El clima acá es muy complicado. Pensé que iba a llover menos. Pero igual nos sirve, porque no tenemos agua potable, debemos recolectar agua de lluvia. Así que este elemento es muy importante, uno lo valora mucho más de lo que lo podría valorar en la ciudad", sostiene.
Protección y vigilancia
En pleno siglo XXI, muchos se podrían preguntar qué utilidad tienen los faros frente al avance tecnológico. Según explica el capitán de corbeta Andrés González Peña, de la Armada, el rol de estas torres, así como de las señalizaciones marítimas, sigue siendo la ayuda a la navegación.
"Nosotros podemos mantener el control del tráfico marítimo a través de los faros que están habitados, y los que no están habitados ayudan señalizando los peligros que puede encontrar el navegante en el mar", explica.
Según la Armada, hay 1.140 señales marítimas en Chile, dentro de las cuales hay 19 faros habitados, 778 señales luminosas, 292 señales ciegas, 45 radioayudas y seis señales sonoras.
La destinación a los faros habitados es de un año y la postulación está disponible para todo marino. "Deben pasar por un examen de medicina preventiva y sicológico, además de ciertos cursos que les vamos enseñando. Luego de que quedan aceptados, nosotros les entregamos todo lo necesario", indica González.
Un trabajo de importancia para la Armada. Contra viento y marea, los faros siguen iluminando el camino de los navegantes.
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