La reforma a la educación superior se pone a prueba en la Cámara
El PC respaldó ayer a Camila Vallejo, luego de que con su abstención se rechazara en la comisión la idea de legislar la reforma a la educación superior. Ahora, el gobierno busca acuerdos para aprobar el lunes la emblemática iniciativa en la sala de diputados.
"Hago un llamado a los parlamentarios a pensar en Chile y en las familias que ven con esperanza cómo sus hijos estudian gratuitamente. Los proyecto se pueden mejorar, pero no se puede retroceder". Con esas palabras, la Presidenta Michelle Bachelet interpeló a los parlamentarios para que se apruebe la reforma a la educación superior.
El mensaje estaba dirigido a los diputados de la Nueva Mayoría, principalmente a la bancada del PC, ya que este martes, con la abstención de Camila Vallejo (PC) la Comisión de Educación rechazó la idea de legislar el emblemático proyecto.
En este duro revés que sufrió el Ejecutivo -que se suma a una larga lista de tropiezos desde que se presentó el proyecto- fue clave también el voto en contra de Giorgio Jackson (RD).
La ex presidenta de la Fech fue duramente criticada por buena parte de los diputados de su coalición, pero ayer fue respaldada por la bancada de su partido, quienes remarcaron que su no responde a un interés individual. "Queremos dejar en claro que no hay una posición particular. A quienes intentan personalizar la responsabilidad, les decimos que tomamos una decisión como bancada", señaló Karol Cariola, jefa de bancada del PC.
Vallejo remarcó que en enero el gobierno manifestó su compromiso de eliminar en esta reforma el Crédito con Aval del Estado (CAE) y no en un proyecto de ley aparte. "Con eso íbamos a apoyar, sin embargo, no se cumplía con lo que señaló la ministra al momento de la votación. Es evidente que ante un incumplimiento no podemos mantener una posición favorable", dijo la ex presidenta de la Fech, quien agregó que "se debe garantizar que mientras se avanza a la gratuidad, no se va a perjudicar a los estudiantes que no tienen este beneficio".
Para eso, según Vallejo, en los artículos permanentes se debe asegurar que en 2018 se eliminará el CAE y en los transitorios "se comprometa un proyecto que ingrese el segundo semestre, para que se establezca el mecanismo que lo va a reemplazar" (ver secundario).
Por todo lo anterior, la reforma queda en un escenario delicado que depende de un acuerdo entre el PC y el Ejecutivo (ver etiqueta). Por eso, ayer la ministra sostuvo una serie de reuniones con el partido, buscando una solución al conflicto y, hasta el cierre de esta edición, aún no había un acuerdo claro, sólo avances.
Sin este compromiso, hay una gran posibilidad de que el Ejecutivo no tenga los votos suficientes para que se apruebe el lunes en general la iniciativa, lo que terminaría por lapidar la reforma.
La situación causó molestia y preocupación. El senador Ignacio Walker (DC) criticó al PC y recordó que no es la primera vez que un proyecto sufre un revés por alguno de sus militantes. "No se puede estar con un pie en el gobierno y otro en la oposición. El proyecto se cayó por una abstención de la diputada del PC y pasó con el reajuste, con el salario mínimo, etc. Todo en un clima de impunidad política".
Aldo Valle, vicepresidente del Consejo de Rectores (Cruch), señaló que tenía la expectativa de que se aprobara la idea y que lo que pasó "constituye un revés para la reforma y puede terminar actuando en favor de quienes no quieren que haya cambios".
Ante la posibilidad de que se rechace el próximo lunes, el presidente del Consejo Nacional de Educación (CNED), Pedro Montt, remarcó que sería una situación dramática, ya que no se podría volver a presentar hasta dentro de un año. "La educación superior requiere de reformas urgentes", dijo Montt.
La solicitud de la Presidenta llega en medio de un complejo escenario para la reforma que, desde que se presentó, ha tenido que sortear una serie de tropiezos y retrasos. Así, la iniciativa se ha transformado en un dolor de cabeza para el Ejecutivo, el que no sólo se demoró dos años en presentar el proyecto, sino que, además, no ha podido lograr crear consenso al interior de su propia coalición desde que en julio del año pasado el documento entró al Parlamento.
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