La tarde de furia que protagonizó Pablo Guede
Enojado por la derrota ante Cobresal, el DT argentino golpeó una muralla del camarín y debió ser asistido por el kinesiólogo de Palestino.
Palestino no ha podido repetir el nivel exhibido durante 2014, que le permitió una histórica clasificación a Copa Libertadores. Ayer, en La Cisterna, los árabes sufrieron su segunda derrota consecutiva, esta vez a manos de Cobresal, equipo que es adiestrado por Dalcio Giovagnoli.
En un encuentro que otra vez tuvo a Nicolás Peric como protagonista, los locales cayeron por la cuenta mínima ante los nortinos, con solitaria anotación de Sebastián Zúñiga (82'), volante desechado por Martín Lasarte en la U.
Por más que los locales intentaron conseguir al menos la paridad, los dirigidos por Giovagnoli lograron aguantar y continúan soñando con salvarse del descenso. "Fuimos inteligentes y golpeamos en el momento justo", dijo el DT.
En el otro camarín, sin embargo, la situación era completamente diferente. No hubo charla tras la derrota, sólo gritos del entrenador Pablo Guede a sus dirigidos. Justamente, durante esa reprimenda, que no duró más de tres minutos, el adiestrador argentino golpeó una puerta del camarín y debió ser asistido por el kinesiólogo del club. "Fue sólo un golpe, va a andar bien", explicaron desde el cuerpo médico tras el incidente.
Ni Guede ni Leonardo Valencia, capitán de los tricolores, quisieron hablar con la prensa. Sí lo hizo César Valenzuela, uno de los más destacados en el local. "Duele perder cuando fuiste superior, pero ahora hay que dar vuelta la página y pensar en el partido del miércoles por Copa Chile".
En tanto, Sebastián Zúñiga, autor del solitario gol, se mostró ilusionado con el nivel que ha exhibido hasta ahora. "Estoy demostrando que puedo hacer las cosas bien", destacó.
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