Las manos de Marcela Muñoz
Es intérprete de lengua de señas y esta semana se hizo conocida al reproducir en pantalla los chistes de la humorista Chiqui Aguayo en el Festival de Viña. Ella cuenta que se interesó en esta profesión cuando estaba en el colegio y agrega que, gracias a su labor, ahora los sordos por primera vez entienden lo que ocurre en la Quinta Vergara.
Mientras Marcela Muñoz (27) conversa, sus manos, automáticamente, se mueven haciendo lengua de señas. Trata de representar toda la conversación con gestos, aunque esté frente a una persona que sí oye. "Es algo innato", dice. A pesar de que ella es intérprete hace más de diez años y de que ya había aparecido en televisión, esta semana su rostro se volvió mucho más conocido al reproducir en pantalla los chistes de la rutina humorística de Chiqui Aguayo en el Festival de Viña. Era la primera vez que aparecía una de estas intérpretes para sordos en la transmisión del evento y el gesto más polémico de Muñoz fue cuando representó una vagina con sus manos.
¿Pensaste en no hacer la seña cuando supiste de qué se trataba el chiste?
Sí, pero no puedo bajar la intensidad. Soy intérprete y tengo que interpretar lo que sea y cómo sea. Tengo que transmitir lo que se está viviendo en ese momento.
La mayoría de las personas suele pensar que los papás de Marcela son sordos y que por eso ella es intérprete, pero su pasión nació a los 15 años cuando iba en segundo medio y llegaron 29 niños sordos a su colegio, de los cuales tres se convirtieron en sus compañeros de curso. A pesar de que no era un establecimiento con programa de integración, existía una educadora diferencial que hacía la interpretación en las clases, pero ésta no podía estar al mismo tiempo en todas las salas con todos los alumnos sordos. Por eso, algunas veces las clases eran sólo para oyentes. "Me sentía responsable de que ellos entendieran", recuerda Marcela, quien se acercó a sus compañeros y los trató de ayudar a su manera. Después de tres meses, ella ya mantenía una conversación en lengua de señas que sus propios compañeros le habían enseñado. "Aprendí muy rápido porque esto es pura memoria fotográfica", indica.
¿Cuándo fue la primera vez que hiciste una interpretación con señas?
En el mismo colegio con mis compañeros sordos. Ellos tenían que disertar y la profesora no sabía cómo podían hacerlo, así que me ofrecí para interpretar. Me paraba junto a ellos y hacía las señas para que ellos entendieran y cuando era al revés, yo hacía como la voz de ellos. Después hice las señas en una obra del colegio.
¿Tienes que estar constantemente aprendiendo nuevas señas?
Sí, siempre hay que aprender nuevos términos porque las palabras van cambiando y modernizando. Cada intérprete tiene que ir actualizándose y buscando cómo decir tal cosa. Por ejemplo, para el incendio de Santa Olga, yo no sabía decir el nombre del pueblo en lengua de señas, pero lo más seguro es que un sordo allá sí sabía, entonces tuve que contactar alguno que me dijera cómo hacerlo. Así se mantiene un intérprete, preguntando y buscando. No porque vayas a un curso vas a saber a todo. Saber señas no es lo mismo que interpretar.
¿Es muy difícil interpretar nuestra gramática?
La lengua de señas tiene su propia gramática. El orden de las palabras cambia. Nosotros decimos "José juega a la pelota", en señas tú dices "Jugar pelota José". Es un tema cultural, no porque falten conectores. Uno no tiene que transmitir palabra por palabra. Lo importante es la intensidad que uno le pone en la expresión facial y corporal. Decir bonito, hermoso y rico es el mismo gesto, pero la expresión hace la diferencia.
¿Y debes hacer lo mismo con las rutinas humorísticas?
Sí, pero me ha costado mucho con el tema de los chistes. Se puede ver en los memes que son puras caras, pero para eso tuve que hacer un trabajo previo porque soy muy tímida, entonces ponerme en el papel de interpretar un chiste es un desafío muy grande.
El primer festival para los sordos
A los 19 años, Marcela tuvo su primera aparición en televisión, en el noticiario del mediodía en Mega, espacio para el que fue reclutada por Alejandro Ibacache, el primer intérprete de lengua de señas en Chile. "Para un intérprete, lo máximo es llegar a la tele", dice. Pero la joven no sólo trabaja en las noticias, también graba comerciales que según ella son muy bien pagados y ejerce su labor en el Poder Judicial donde, por medio de una pantalla con cámara, ayuda a sordos que tienen dudas sobre cualquier proceso. "Ahí hago lo contrario al festival. Tengo que escuchar y transmitir lo que dice la persona. Eso es interpretación directa porque pongo la voz y la intensidad de cómo hacen sus dudas", explica.
El origen de la inédita inclusión de intérpretes en el Festival de Viña, que también incluye a Sergio Mendoza, está en una gestión conjunta del municipio y la Asociación de Intérpretes de Lengua de Señas Chilena (Ailes), a la cual pertenece Marcela. Pero al festival ella llegó por petición de Álex Hernández, director general del evento, quien la vio el año pasado interpretando los shows teatrales del comediante Rodrigo González. "Yo no tenía ni idea quién era Álex Hernández, pensé que era una persona que me quería tomar una foto", recuerda entre risas
¿Es difícil para un sordo entender las rutinas del festival?
A la mayoría les explico que los chistes de oyentes hay algunos que son groseros, blancos, negros y fomes. Que otros van a ganar Gaviotas y que a otros los van a pifiar. Los sordos, por primera vez, se están enterando de lo que pasa con el monstruo y con las Gaviotas. Antes, para ellos, el festival era apagar la tele y dormir. Me escribió gente de 40 años que nunca en su vida había visto el festival y para ellos es super chocante, en especial los chistes, cuando nosotros estamos acostumbrados.
¿Te comentaron algo sobre la rutina de Chiqui Aguayo?
Muchos sintieron que había chistes groseros, algunos estaban atacados. Me decían "qué vulgar" o "qué feo", hasta sintieron pena por mí, por tener que transmitir todas esas cosas. Les dije que no lo hicieran, porque yo no decía eso, era Chiqui Aguayo. Yo traté de hacer mi trabajo lo más profesional posible. Si ella decía algo, yo tenía que decirlo no más. No podía hacerlo con miedo, tenía que hacerlo con actitud.
¿Qué opinas que la interpretación se haya convertido casi en un segundo show?
Tiene un lado positivo porque el recuadro donde aparecemos en pantalla deja de ser invisible. Se humaniza más el tema. A veces leo a gente en Twitter pidiendo sacar el recuadro porque les tapa la pelota o no se ve bien el gol. Ellos son egoístas porque no piensan en que una comunidad también necesita ser escuchada y que también ve fútbol. De hecho, cada vez achican más el recuadro, siendo que tiene sus medidas establecidas, pero los canales prefieren pagar una multa antes de dar más espacio. Pero también hay un lado negativo, porque muchas veces la gente dice "el chiste era fome, pero me reí más con la intérprete" y eso no puede pasar. Si el comediante no hizo la rutina chistosa y yo sí, al final no es la idea porque el artista es quien está arriba del escenario y nosotros sólo interpretando.
¿Qué destacas de este festival?
Que ahora los sordos tienen su propia opinión del show.
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