Las negociaciones para el nuevo directorio de La Polar
En las últimas semanas se han producido contactos, negociaciones e inéditos movimientos bursátiles de cara a la junta de accionistas del próximo 24 de abril.
La Polar celebrará el 24 de abril su junta de accionistas, con el objetivo de elegir un nuevo directorio. La reunión es considerada clave en el mercado, porque podría entregar las primeras luces acerca del camino que seguirá la cuarta cadena de multitiendas del país. Ese día, la casi totalidad de la mesa que lideraba el economista César Barros dejará sus asientos.
Según fuentes ligadas al proceso, los principales accionistas de la compañía -entre los que figuran las aseguradoras de la Cámara Chilena de la Construcción, la administradora de fondos de inversión Moneda y las AFP, entre otros- han estado buscando nombres para la firma, especialmente entre ejecutivos ligados al retail y el negocio financiero. Su idea es llegar a la junta con un equipo armado, presidido por un profesional capaz de emular la capacidad directiva del renunciado César Barros, cuyo liderazgo es indiscutido, aunque su gestión sigue generando opiniones encontradas.
Estos inversionistas, dice una fuente conocedora de las tratativas, buscan repetir la experiencia de la nominación del actual directorio: presentar a los accionistas un "equipo" armado, que pueda ser ratificado por todos.
Los fondos de pensiones, eso sí, quieren proponer a su propio director bajo el procedimiento habitual de encargar su fichaje a la firma de head hunting Egon Zehnder.
De acuerdo con quienes conocen las tratativas, ya estaría claro que de los actuales directores, sólo Bernardo Fontaine y Juan Pablo Vega se mantendrían, mientras que los demás habrían optado por dejar la firma. Aldo Motta, quien es director con sus propias acciones, y Alberto Marraccini, nombrado por las AFP, ya habrían comunicado su salida, mientras la continuidad de Jorge Id estaría en duda.
SE BUSCA DUEÑO
Mientras ello ocurre, la acción del retailer protagoniza en Bolsa un errático sube y baja, que estas dos últimas semanas se consolidó en fuertes alzas, por la creencia de que hay inversionistas decididos a tomar el control de la compañía. Esta idea se vio reforzada tras la renuncia de Barros a fines de marzo y la futura salida de los otros directores.
Existe coincidencia en el mercado de que La Polar necesita un controlador. O un socio. O alguien con espaldas que le ayude a volver a crecer. La operación está ajustada y para expandirse, o competir con mayores bríos, requiere de un aporte de capital importante. Su cartera de créditos es de $ 130 mil millones y la deuda promedio de sus 500 mil clientes alcanza a $ 270 mil, muy por debajo de la de sus competidores. Su mismo gerente general, Gino Manríquez, opina que "tal como está, La Polar está en condiciones de seguir operando, de crecer a un ritmo moderado y seguir siendo un operador importante, pero si llegara un socio o controlador, y con espaldas, obviamente que es un plus y nos allanaría un poco más el camino, pero no es que estemos entrampados".
En todo caso, el ejecutivo reitera que todas las proyecciones de la compañía están basadas en el escenario actual.
"Estamos en camino para dejar atrás los números rojos y el desafío es rentabilizar la compañía en el sentido de que alcance índices de rentabilidad y eficiencia del promedio de la industria. Si uno mira este mercado, las rentabilidades son cercanas al 10% de Ebitda sobre ingresos", dice Manríquez. Hoy, el Ebitda de la firma es prácticamente 0%.
La analista senior de la calificadora de riesgos ICR, Maricela Plaza, añade que "al corto plazo se espera que la compañía continúe reabriendo su acceso al sistema financiero, lo cual le permitirá crecer en colocaciones. Lo anterior, sumado al plan de reducción de costos que ya inició, debería mejorar, en cierto modo, los márgenes de La Polar".
Según Manríquez, en el último trimestre del 2014 los gastos de la firma bajaron en $ 7 mil millones respecto de igual período de 2013. "Esperamos que se siga reflejando el esfuerzo. Y este año siguen habiendo mejoras", adelanta.
Para reducir costos, la firma migró hacia un modelo de autoatención, eficientó sus procesos y redujo de 11 a nueve los reportes directos del gerente general. Por lo mismo, en el presupuesto de 2015 no se incluyeron aperturas de nuevas tiendas: "El foco es rentabilizar la compañía antes de empezar a añadir nuevos metros cuadrados", enfatiza el ejecutivo.
FACTOR CANJE
Actores clave en el futuro de la compañía serán los acreedores, que desde el 9 de febrero pueden convertir sus deudas en acciones de la firma. Si todos lo hacen, tendrán el 66,67% de la propiedad.
Los bonistas disponen de tres años para hacer la conversión, pero según fuentes del sistema financiero, el proceso se aceleraría con el fin de llegar a la junta del 24. Hoy, ya estaría convertido el 10% de las acciones, lo que asegura un cupo para el directorio. Claro que el viernes en la tarde se decía que la cifra habría aumentado y alcanzaba ya para dos asientos.
Según confirmaron en uno de los bancos acreedores, las instituciones financieras no quieren mantener por mucho tiempo esos bonos, y como tampoco pueden ser accionistas de la cadena, porque la ley se los prohíbe, están dispuestas a vender. Pero no a cualquier precio: consideran que La Polar no vale los US$ 48 millones que cuesta en Bolsa y que, reforzada como está ahora, la compañía sólo tiene espacio para revalorizarse.
Además, como varias entidades valorizaron la deuda en cero, si enajenan estos papeles podrían sumar a sus balances una nada despreciable ganancia contable.
Hace dos semanas, los bancos Security e Internacional convirtieron sus bonos, equivalentes al 10% de la compañía, y posteriormente vendieron esas acciones. Hasta la fecha no está claro quién fue el comprador, pero se ha especulado bastante.
Y ahora se espera que los demás acreedores hagan lo mismo. Los dueños de los bonos convertibles son, además de los bancos, algunas AFP y varios inversionistas individuales.
Un valor de referencia para La Polar son los $ 82 que se fijó al hacer la reestructuración de la deuda. Este viernes la acción cerró a $ 24,7, pero hace un mes valía $ 18, lo que, según analistas, demuestra que hay espacio para mayores revalorizaciones. Los resultados de la compañía han mejorado (ver infografía) y La Polar no ha perdido su sitial de cuarta del mercado, con una participación del 10% en las ventas, tras cuatro años de ajustes, luego de que en junio de 2011 se destapara el escándalo de las repactaciones unilaterales que todavía se ventila en tribunales. Ahora habrá que esperar hasta el viernes 24.
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