Latin Bitman, músico: "Puede que en mi nuevo disco haya códigos de la música urbana"
Celebrando 20 años de carrera, el músico lanza en marzo Homies, "un disco más pop", según su autor, que aspira a un público amplio y universal a punta de nuevos sonidos y total desprejuicio.
Reducir la actividad artística de José Antonio Bravo a un solo concepto es tan difícil como etiquetar su obra, disuelta en una extensa discografía en la que la diversidad y el desprejuicio estílistico han sido la constante. Pese a esto, el productor, compositor y DJ, uno de los artistas más inquietos del circuito local y de mayor notoriedad en el mercado anglo, es muy claro a la hora de transmitir las ideas detrás de su trabajo, una rareza dentro de un gremio que, por razones más o menos entendibles, no suele ser muy dado a traducir música en palabras.
Desde ese punto de vista, Latin Bitman no se da demasiadas vueltas para asegurar que su próximo largaduración, el primero en casi cuatro años, se aproxima a los códigos de lo masivo, con "más elementos ligados a lo que está pasando a nivel mainstream y con ganas de alcanzar un público más amplio". Así define a Homies, disco que presentará en marzo del próximo año, primero, con distribución digital a todo el mundo -a cargo de Nacional Records, el sello californiano que lo fichó hace ya varias temporadas- y días después con un lanzamiento en vivo en Lollapalooza.
"Es un disco más pop de alguna manera, más de formato canción, con mucha influencia de la electrónica y la música negra", cuenta Bravo sobre el sucesor de Airplane (2014), y cuyo título, extraído del slang hiphopero "homie" para referirse a los compinches, remite al espíritu colaborativo que ha marcado su actividad.
Una carrera que comenzó hace veinte años, con sus primeros trabajos junto a Christian Powditch y el dúo Bitman & Roban, y que en Homies luce nuevas alianzas: Joe Vasconcellos, Camileazy y el cantante Tiano Bless, además de la española Nora Norman, quien presta su voz en You, el primer single que verá la luz el 5 de enero. Una sofisticada y pegajosa pieza de R&B sintético que da cuenta de la evolución que busca el músico en términos de sonido y producción.
¿En lo concreto, cómo se materializa esta intención de llegar a un mundo más masivo?
Siempre he hecho la música que me nace hacer. Dejé varias cosas de lado siendo ya viejo pero siempre respondiendo antes que todo a una inquietud artística personal. Ahora, reconozco que con este disco, después de doce que he publicado, me estoy acercando a cosas más universales, a lo que escucha el público de ahora, que son mis propios hijos, de 13, 14 años, y que son códigos que puedo llevar a lo mío. Porque hoy puede convivir la música de Diplo con la de Daddy Yankee, es lo que está pasando y lo que le gusta a la gente, y cualquier artista inteligente tiene que ver cómo transitar con esa corriente y no ir contra ella.
¿Se ha acercado al reggaetón y a lo urbano también?
Yo nunca fui muy de esa moda, siempre estuve en el hip hop, pero hoy siento que todo tiene que ver con el estilo de la calle, con una cultura global. Aquí y en Alaska les gusta el reggaetón, y sin duda hay cosas muy interesantes allí. El mensaje de Wisin y Yandel, por ejemplo, nunca me va a gustar, pero escuchas un tema de Pharrell con J Balvin y está buenísimo, súper bien hecho. En ese sentido puede que en mi disco haya ciertos códigos de la música urbana, algo que era imposible hace 20 años.
¿Siente que la moda latina en el mercado anglohablante le abre la puerta a propuestas como la suya también?
Creo que hoy el éxito no se mide por lo artístico, por el talento, sino por popularidad. Un artista exitoso es el que tiene más vistas en YouTube. Lamentablemente las redes sociales llevan a medir el arte desde otro punto de vista, con una calculadora, pero yo no tomo partido por un lado u otro, así es la cosa nomás y sigo haciendo la música que me gusta, ahora descubriendo otras cosas.
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