Los brasileños que dejaron de querer a Pelé
Una pancarta entre muchas llamó la atención en una protesta contra el Mundial de Fútbol de Brasil este año, un mes antes del inicio del torneo, en Río de Janeiro. Tenía una foto de Pelé y una leyenda escrita a mano: "Traidor del siglo".
No fue esa la primera vez que Edson Arantes de Nascimento, el "rey del fútbol" que le dio nada menos que tres copas del mundo a Brasil, recibía una acusación así en su propio país.
Más de una década antes lo había acusado de traidor otro grande del balompié brasileño, el ya fallecido Sócrates.
De hecho, Pelé ha sido objeto de diversas críticas de sus compatriotas a medida que sus goles y jugadas majestuosas se volvieron algo cada vez más lejano en el tiempo.
Claro que, como se vio en su reciente internación hospitalaria por una infección del riñón que hizo temer por su vida, Pelé sigue siendo querido por buena parte de la sociedad brasileña.
Su estado de salud fue seguido de cerca por fanáticos de Brasil y todo el mundo, y el exfutbolista de 74 años agradeció esas muestras de cariño antes de dejar el hospital bromeando con que está listo para competir en los Juegos Olímpicos de Río 2016.
Pero algunos brasileños simplemente parecen haber dejado de quererlo.
Juca Kfouri, un destacado periodista deportivo brasileño que ha tenido una relación estrecha con Pelé, al punto que dice haber sido él quien lo recomendó al expresidente Fernando Henrique Cardoso para que fuera su ministro de Deportes en los años 90, sostiene que existe "una imagen al menos dividida" del exfutbolista.
"La distinción, que él mismo hace, es entre Edson y Pelé: Edson es un hombre común con defectos y virtudes como cualquier otro, Pelé es una entidad aparte, el mayor atleta del siglo XX", señala Kfouri a BBC Mundo.
"Y esa ambigüedad quedó", agrega.
Pero, ¿por qué?
Master y Viagra
Aunque menos polémico que Diego Maradona, su rival argentino en la liza para ser el mejor futbolista de todos los tiempos, a Pelé le han achacado faltas en el ámbito público y en su vida privada.
Después de retirarse de las canchas en 1977, Pelé se consolidó como una figura emblemática de la magia del fútbol —y los negocios asociados al mismo.
Su cara fue estampada en millones de tarjetas de crédito MasterCard alrededor del mundo, se volvió símbolo de Coca-Cola en Brasil y la región, y hasta hizo publicidad de Viagra (aunque aclaró que no necesitaba tomarlo).
Promover marcas es algo que cualquier deportista hace en estos días, pero en el caso de Pelé eso ocurría mientras surgían críticas a su relación con el oscuro poder del fútbol.
Cuando Sócrates lo tachó de traidor en 2001, fue porque se había abrazado con el entonces presidente de la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF), Ricardo Teixeira, después de haberlo acusado de corrupción.
"Es blanco"
En la ola de manifestaciones contra los enormes gastos del Mundial que sacudió a su país el año pasado, Pelé irritó a muchos al pedir suspender las protestas hasta después del torneo para evitar que estorbasen un "momento importante para promover a Brasil".
La frase evocó a algunos otro comentario que realizó en plena dictadura brasileña (1964-1985), cuando surgían reclamos por el derecho al voto y Pelé comentó que su pueblo no sabía votar.
En septiembre se involucró en otra polémica al discrepar con Aranha, guardameta del Santos, su histórico club, por haber reaccionado contra el racismo de hinchas de Gremio, que lo trataron de mono en un partido.
Pelé recordó entonces, durante un acto de un patrocinador, que en sus tiempos de jugador le gritaban "de todo" y dijo: "¿Ustedes oyeron algo de racismo? No, porque no le dábamos atención".
El exfutbolista se ha declarado partidario de combatir el racismo e hizo campañas a favor de los niños pobres, pero para algunos su propia historia personal de negro de origen humilde ha perdido fuerza.
"Pelé al lado de un negro pobre es blanco", sostuvo el antropólogo brasileño Roberto da Matta en el portal G1 de Globo, tras su comentario por las ofensas a Aranha.
Entre los representantes de los negros que reprendieron a Pelé en ese momento estuvo el abogado Hédio Silva Junior, exsecretario de Justicia de São Paulo, quien le advirtió que "combatir el racismo sin mostrarlo es una posición un tanto esquizofrénica".
"Un susto"
Las controversias se han vuelto hace rato parte de la vida de Pelé.
Las ha tenido con otros ídolos de la Seleção como Romario, quien en su momento le lanzó una frase que se volvió muletilla para criticarlo: "Pelé, callado, es un poeta".
Alex Bellos, un periodista que ayudó a escribir una autobiografía del eterno 10, opinó días atrás en BBC Brasil que "Pelé ya no es tan especial dentro de Brasil como sigue siendo especial para el mundo".
"Es apenas un jugador de fútbol y no debería ser valorado con los mismos criterios que un político o un intelectual público. Pero lo es. Y, por eso, es inevitable que cuatro décadas después de haber colgado los botines, las personas todavía se irriten y hastíen con él", escribió Bellos.
Kfouri cree que eso tiene que ver con la "poca formación" de Pelé para posicionarse en temas de la vida nacional, pero también con su recordada negativa a reconocer una hija suya hasta que perdió una larga batalla judicial y su paternidad fue comprobada en un examen de ADN.
Según Kfouri, se trata de una historia mal contada ya que el exfutbolista "fue víctima de chantaje" de personas que rodeaban a la hija, pero el estigma que le quedó a Pelé se agravó después que ella muriera de cáncer en 2006, tras iniciar una carrera política.
El periodista asegura que, en el trato personal, Pelé es alguien "encantador" y de "una humildad ejemplar", y dice que quizá aún pueda recuperar parte del afecto popular perdido.
"Con la cuestión de salud que tuvo ahora, por primera vez Brasil se dio cuenta de que O Rei es mortal", asegura Kfouri. "Y creo que Brasil se llevó un susto".
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