Los Bunkers: el riguroso método de trabajo que los posicionó en México

Vivían todos juntos y apretados. Nos los conocía nadie. Eran cinco muchachos recién llegados a Santiago con no mucho más que la firme convicción en su trabajo. En sus maquetas de canciones y su capacidad artística. "Ensayaban de lunes a lunes con una rigurosidad y calma que mantienen. No tenían al éxito como objetivo principal. Lo que ganaban lo invertían en equipos", recuerda Emma Marín, la mánager que a principios de 2000 recibió al grupo penquista en la capital.

Han pasado los años, los discos, las giras y las ciudades. Los Bunkers residen hoy en el D.F., los maneja el mismo mánager de Café Tacuba, son prioridad para Universal México y viven bien de la música. La gente los reconoce en Chile y cada vez más en México, pero nada ha cambiado su manera de trabajar. Hoy llegan nuevamente a Chile, en una visita relámpago que sintetiza muy bien su método: 10 días, cinco shows, una serie de visitas a radios, ensayos varios, una grabación para La hora 25, de TVN, y un par de reuniones con la agencia que maneja su carrera en el país.

"Se toman muy en serio su carrera y se dedican a ella prácticamente con horario de oficina. Ensayan todo el día, se podría decir que son trabajólicos, arman reuniones para estar encima de cómo se maneja todo, esa es la razón por la que están donde están", explica el encargado de los shows del grupo en el país.

Una de las claves de su vigencia en Chile -son de los números más requeridos y mejor pagados de la escena local- es el contacto permanente que han mantenido desde que partieron a México en 2008. A diferencia de nombres como La Ley o Kudai, que bajaron su arrastre en el público local al irse del país, Los Bunkers están constantemente agendando cortos e intensos viajes a Chile para aprovechar de promocionar su música y agendar la mayor cantidad de shows posibles. "Una de sus mayores preocupaciones es sonar bien, preparar cada show como un espectáculo individual, hacen un trabajo de laboratorio en la sala de ensayo. Siempre han considerado su trabajo como cualquier otro", cuenta Emma Marín.