Los cambios urbanos en EEUU en el lente de un fotógrafo chileno
Camilo José Vergara recibió de manos del Presidente Barack Obama la Medalla Nacional de las Humanidades por su trabajo sobre las comunidades más pobres y marginadas en zonas urbanas de ese país.
EN 1965, cuando Camilo José Vergara -nacido 21 años antes en Rengo (114 kilómetros al sur de Santiago)- llegó a EE.UU. a estudiar sociología en la Universidad de Notre Dame, tomó un curso de inglés para estudiantes extranjeros donde tenía que escribir poemas. "Su poema apesta", le dijo su profesor, según recuerda la cadena ABC News. Pero esas duras palabras resultaron ser un regalo disfrazado para Vergara. El profesor le prestó dinero para que se comprara una cámara y le recomendó tomar fotografías. Después de más de 40 años dedicados a plasmar el declive -o en algunos casos, el renacimiento- de las comunidades más pobres y marginadas en zonas urbanas de Estados Unidos, Vergara se convirtió este mes en el primer fotógrafo en ganar la "Medalla Nacional de las Humanidades". La recibió de manos del propio Presidente Barack Obama en el Salón Este de la Casa Blanca, en una ceremonia en la que también fueron galardonados, entre otros, el creador de La Guerra de las Galaxias, George Lucas; el músico Herb Alpert, la leyenda del R&B, Allen Toussaint y la escritora Joan Didion.
"Yo soy un fotógrafo distinto a los otros, a mí me dan la medalla por la especialidad de Humanidades, porque mi responsabilidad es fotografiar la historia de los barrios arruinados, que se están cayendo a pedazos, donde la inversión es cero y cuyos habitantes los están abandonando", relató Vergara al diario español El País. Precisamente, el Fondo Nacional de las Artes, que administra el galardón, destacó al fotógrafo afincado en Nueva York por haber recogido el "espíritu imperecedero que brilla en la decadencia" y por haber sabido "reflejar la cultura vibrante y en constante cambio de nuestras comunidades".
Aunque inicialmente se inspiró en las tradiciones de grandes maestros como Helen Levitt, Walker Evans y Henri Cartier-Bresson, que centraban sus obras en la figura humana, Vergara -quien recibió un máster en sociología en la Universidad de Columbia en 1977- encontró su camino en todo el quehacer de los barrios pobres de Estados Unidos. "Cada vez más, me sentí atraído por el tejido urbano de estas ciudades, por los edificios que las componían y la vida y la cultura integradas en sus estructuras y calles", escribió en LightBox, el blog fotográfico de la revista Time. "Visité las capitales del Medio Oeste y me pregunté cómo podía ser posible que los norteamericanos que habían construido esas ciudades tan fantásticas, con unos edificios tan perfectos, los hubieran dejado destruirse", comentó a la agencia EFE Vergara, ganador de la prestigiosa beca MacArthur en 2002 y ampliamente conocido en museos y sociedades históricas. Contactado por La Tercera, Vergara señaló que prefería no dar una entrevista a un medio chileno porque le causaba "emoción", aunque no tuvo problemas para facilitar parte de su material fotográfico.
"Mi atención se centra en ciudades establecidas en la Costa Este, como Nueva York, Newark y Camden; ciudades del cinturón industrial del Medio Oeste, como Detroit y Chicago, y ciudades de la Costa Oeste, como Los Angeles y Richmond, en California", escribió en su ensayo para LightBox. Su técnica, conocida en sus círculos como "refotografía", se destaca por su afán en tomar imágenes de un mismo lugar a través de los años, para plasmar sus cambios o continuidad en el tiempo. "Hay muchos fotógrafos que toman fotografías bonitas; éstas sólo dan placer, pero no reflejan la historia de un lugar", explica. "Mi énfasis tiene más que ver con el tejido urbano y me interesa ver cómo esto está cambiando, no meterme en cómo se arregla o mejora, sino poder contar la historia", enfatiza.
Vergara, quien a fines de octubre se apresta a lanzar su libro "Harlem: The Unmaking of a Ghetto", ha dicho que a través de la fotografía se ha convertido en un "constructor de ciudades virtuales". "Mi esperanza es que mis registros de largo plazo se conviertan en parte de nuestra memoria urbana colectiva", concluye.
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