Lucas Biglia: "Estar en una final del mundo es un sueño"

El "socio de todos" en Argentina palpita la final de mañana ante Alemania en el Maracaná y advierte: "Vamos a dejar la vida por llevar la copa a nuestro país".




No tiene el reconocimiento popular que reciben las estrellas como Lionel Messi o Ángel Di María. Menos levanta tanta admiración como Javier Mascherano, el jefe argentino. Pero Lucas Biglia algo tiene que decir en la campaña que tiene al seleccionado albiceleste en su quinta final de Copa del Mundo. El héroe del silencio, como se le califica en la concentración.

El volante formado en Argentinos Juniors, cuna de grandes mediocampistas centrales como Sergio Batista y Fernando Redondo, se ganó su espacio entre los titulares desplazando en pleno Mundial a Fernando Gago. Su ingreso como titular ante Suiza fue su gran prueba de fuego y desde ahí nunca más salió del equipo.

"La verdad es que todo esto es increíble. Por ahí cuando eres niño siempre tienes ilusiones. Algunas más grandes que otras. Pero sin duda que jugar una final con tu país en un Mundial, es algo único. Es un sueño de toda la vida", confiesa Biglia, hoy jugador de Lazio, pero más que nunca el socio de todos en el combinado transandino.

-Su pasaporte indica que nació en 1986, coincidentemente el año del último título mundial.

Sí, la verdad es que no puedo decir que vi ese título por televisión. Si crecí después con las historias que se contaban de Diego, sus goles, la vuelta olímpica en México. Entonces, ahora estar en la instancia más importante del fútbol, como esa selección, no se puede creer. Como que te cuesta caer.

-¿Se disfruta distinto ahora que eres titular?

No. Creo que todos estamos igual de ansiosos. El apoyo de los 23 siempre es intenso, sin importar si eres titular o suplente. Creo que eso es lo lindo que tiene este grupo. Se mata por el compañero, como decimos nosotros, y a la hora de festejar, el éxito es de todos.

-¿Con qué se compara disputar una final del mundo?

Hasta el momento, con nada. Pero ganarla debe ser lo máximo y eso sí que no tiene comparación. Por suerte, Dios nos iluminó en la semifinal y nos dio la chance de estar en el Maracaná el domingo.

-¿Son justos finalistas?

Sí. Este grupo hizo muy bien las cosas a lo largo de seis partidos. Siempre fuimos superiores a los rivales y aunque nos costó en algún momento marcar la diferencia, por suerte siempre pudimos encontrar el camino para seguir avanzando.

-Aprendieron a ganar sin depender tanto de Messi.

Acá somos un equipo. Sabemos, sí, que contamos con el mejor del mundo y que muchas veces marca la diferencia. Pero si no puede él, estamos todos juntos para ayudar. Lo importante es el equipo.

-¿Qué sintió en esa última jugada frente a Holanda, cuando Palacio falló solo ante el arquero? ¿Se les venía la noche?

No. En absoluto. Fue lo que Dios decidió en ese momento. Nada más. Siempre confié en mis compañeros.

-Ante Holanda era el quinto nominado para patear el penal. Romero evitó ese momento. ¿Se imagina pateando el quinto penal frente a Alemania?

No sé. Ojalá ganemos antes. Pero siempre me tengo confianza. Y si Alejandro (Sabella) lo requiere, ahí estaré.

-¿Cuánto juega que el favoritismo que tiene Alemania?

Eso no nos importa. Seguiremos trabajando en silencio, como hasta ahora. Veremos lo que ocurre.

-¿Qué le pareció Alemania hasta ahora?

Hizo una semifinal fantástica contra Brasil. Se vieron muy bien.

-Terminó la semifinal con una venda en el antebrazo izquierdo. ¿Puede dejarlo fuera de la final?

No. Juego como sea. En todo caso, fue sólo un golpe. Sí, reconozco que en el momento me asusté muchísimo. Pensé lo peor, que me había quebrado un hueso, pero ya no creo que tenga problemas.

-¿Para quién está dedicada esta clasificación a la final?

Para todo el pueblo argentino. Se lo merece. Vamos a dejar la vida para llevar la copa a nuestro país nuevamente. Que no queden dudas.

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