Marcelo Díaz se despide con el protagonismo por el que siempre lucho

Marcelo Díaz es uno de los símbolos de la Universidad de Chile de Jorge Sampaoli. No sólo porque fue pieza clave en el tricampeonato (y la Copa Sudamericana), sino porque además representa el esfuerzo por salir adelante y la capacidad del DT para transformar a un jugador que pasó de ser uno más del plantel a el motor del esquema. Así, se ganó ser llamado a la selección y, a los 25 años, partir al Basilea de Suiza.

Ante O'Higgins, Díaz se despidió de la "U" como soñaba, levantando otra copa y haciendo nuevamente historia, con el primer tricampeonato del club. Así cierra su participación en la exitosa era de Sampaoli, de la que estuvo muy cerca de no ser parte.

Después de ir a préstamo a La Serena en 2010, el volante estuvo a punto partir de la "U" otra vez en 2011, pero Sampaoli lo retuvo antes de que se fuera a Huachipato. "El me dijo que me necesitaba y que había pedido que no me mandaran a préstamo. En un principio no lo tomé muy bien, porque pensé que sólo iba a hacer número dentro del equipo", comentó alguna vez el jugador.

Y al principio sus temores parecían cumplirse, no sólo porque firmó un contrato por una cifra menor a la que le ofrecía Huachipato, sino que además Sampaoli no lo consideraba mucho en los primeros partidos. Pero el DT le dijo que tendría las mismas oportunidades y que dependía de él ser titular.

Acostumbrado al sacrificio, Díaz luchó y así se convirtió en un jugador clave para el esquema. En el Apertura 2012 (y la Libertadores) cumplió un desempeño notable, que le permitieron afirmarse en la selección chilena y ganar su primer contrato en el extranjero.  Díaz no sólo colabora en la recuperación, sino que además es el que generalmente inicia las salidas de la "U". Baja a buscar la pelota y siempre llega acompañando la jugada al área rival, mete pases en profundidad o busca cambios de frente.

Así, Marcelo Díaz se despide como siempre soñó: como protagonista de la mejor historia de la "U".