Mario Gómez reza arrodillado tras abandonar el fondo de la mina

El más experimentado de los mineros atrapados a 700 metros de profundidad también levantó una bandera, antes de recibir un beso de su esposa.




Mario Gómez (63) fue el noveno minero rescatado desde el fondo de la mina San José, en la que quedó atrapado tras un derrumbe ocurrido el 5 de agoto pasado. Abandonó el yacimiento a las 7.59

Al salir, levantó una bandera chilena con los nombres de sus compañeros de labor, se arrodilló y rezó, tal vez agradeciendo por este renacer.

Tras ello, su esposa Lilianette Ramírez se acercó y ambos se fundieron en un abrazo que fue coronado por un beso de la mujer y que tardó 69 días en llegar. Los aplausos fueron la música de fondo.

"El cambio está en su religiosidad, está muy dedicado a Dios", dijo su hermano Hugo, quien señaló que antes del derrumbe no era así, "Era creyente, pero no era muy aficionado a la religión".

Mario Gómez, minero de los 12 años, era quien hacía croquis de la mina que enviaba a las superficie y que luego fueron utilizados por los rescatistas. Padece silicosis e hipertensión, por lo que era uno de los que requirió mayor atención médica durante el encierro.

Tras salir de la "Fénix 2", y después de los abrazos de rigor con el jefe de los rescatistas, Andre Sougarret, el ministro de Minería, Laurence Golborne, y otras autoridades que esperaban su llegada, fue acostado en una camilla y derivado al triage, donde recibe las primeras evaluaciones y atenciones médicas.

El minero tiene cuatro hijos y fue el que envió la primera carta a la superficie. La misiva, dedicada a su familia, contenía las coordenadas del refugio donde estuvieron encerrados.

También, en los últimos días, respondió una carta que le envió Consuelo Silva, una niña de nacionalidad peruana que se conmovió con el cas de "los 33".

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