Mi maratón: el mejor plan para los 10K

Fui a los 10 kilómetros de la Maratón de Santiago con la intención de bajar mi récord de 48 minutos. No soy corredor profesional pero entreno seguido desde hace unos diez meses y he podido andar cada vez más rápido.

Mi problema empezó cuando, por llegar a la hora justa, no alcancé a calentar como corresponde. Menos a estirar los músculos. Ya me he lesionado antes por lo mismo, así que le doy mucha importancia.

En el encajonamiento me propuse hacer los primeros dos kilómetros lento para entrar en calor y después apurar hasta donde se pudiera.  También quería llegar fresco al kilómetro tres, donde empieza la subida hacia el oriente, para correr donde la mayoría trota.

Estaba pensando en el mejor plan para combatir mi falta de calentamiento cuando escuché los primeros "ceacheí", los primeros gritos, el conteo regresivo. Después hubo aplausos cuando partieron los maratonistas y los de 21k. Los que estaban más cerca los alentaban con un "vamos, vamos".

Una pelota gigante pasó saltando sobre nuestras cabezas y sonó el tiro de la partida para 10k.

Vi a varios hombres corriendo con sus hijos en coche, vi atletas empujando sillas de ruedas, mujeres alentando a sus pequeños hijos. Vi profesionales y primerizos, gente de muchos países. Vi gente en las veredas alentando con carteles, dando fuerza, mandando saludos.

Más adelante había bandas de música, espectáculos de baile. El centro de la ciudad entregado, como pocas veces, a los peatones y a los deportistas.

Ahí me di cuenta que no hay mejor plan que disfrutar la carrera.