Milan Ivelic: "Existen pocos espacios para los artistas consagrados"
La muestra inaugural, curada por Ivelic, reúne obras de Nemesio Antúnez y Roser Bru. El académico habla de la nueva sala de arte que abre hoy, en Suecia 26.
La figura de Nemesio Antúnez fue clave en la carrera del profesor y crítico de arte Milan Ivelic. El pintor fue uno de sus amigos más cercanos y quien, en 1993, poco antes de morir, lo recomendó como su reemplazante en la dirección del Museo Nacional de Bellas Artes, donde Ivelic se desempeñó por 18 años.
Hoy, a 20 años de la muerte de Antúnez, Ivelic decide homenajearlo a través de la muestra Hay que darle paraje a las cosas, que reúne obras del artista y de la catalana Roser Bru, quien llegó a Chile en 1939, a bordo del Winnipeg. La exposición, que abre hoy, inaugura además la nueva sala de arte de la Fundación Itaú, ubicada en calle Suecia 26, y es la primera curatoría de Ivelic tras asumir como director de la institución, en marzo de 2012. "Desde hace tiempo la fundación se encarga de auspiciar distintos acontecimientos artísticos, sentíamos que ya era hora de aportar con iniciativas propias, lo que no significa disminuir los auspicios", señala Ivelic.
La sala se une al Espacio Arte Abierto que ya tenía la Fundación Itaú en la casa matriz del banco, en barrio El Golf. La idea es que las muestras se desplieguen en ambas sedes y que estén dedicadas a la obra de artistas consagrados. "Queremos privilegiar a los creadores con una trayectoria destacada, pero que con el paso del tiempo han perdido visibilidad. Ya no tienen la misma vitalidad que antes y van quedando marginados del circuito", señala el curador.
¿El público ha olvidado a artistas como Antúnez y Bru?
Creo que hoy, la mayoría de los espacios de arte prefiere trabajar con gente joven. En un minuto parecía que a los artistas nuevos nadie los acogía, pero ahora se ha dado una vuelta a eso. Hoy existen pocos espacios para los artistas locales consagrados. Tanto Nemesio como Roser son figuras trascendentales del arte local. Ambos fueron fundadores del Taller 99, que lleva funcionando más de 50 años como un espacio que mantiene las técnicas tradicionales del grabado.
Justamente, la muestra en Suecia 26 reúne más de 20 grabados históricos de ambos creadores, que fueron prestados por el Taller 99 y la viuda de Antúnez, Patricia Velasco. Entre ellas destacan obras emblemáticas, como el grabado La discoteca (1985), de Antúnez, o un boceto de Kafka y Milena (1983), de Bru.
Pequeño museo
Exposiciones como la de Degas en el Bellas Artes, en 2011, o De Rubens a Van Dyck, este año, en la Corporación Cultural Las Condes, han sido apoyadas por la Fundación Itaú. En carpeta también estaba la muestra de Marcel Duchamp en el MAC, que fue cancelada. "Los problemas vinieron de la Fundación Duchamp y en eso había poco que hacer. Esperamos retomar ese proyecto", dice Ivelic.
Lo mismo pasó con Modigliani en el Bellas Artes. ¿Hay falta de rigor?
A veces aparecen personas que no son muy confiables y hay que tener cuidado, pero lo del Bellas Artes venía bien asegurado. Todavía era director cuando se gestionó esa muestra con la productora española 3C por el Arte, con la que trajimos a Dalí, y cuando llegó Roberto (Farriol) al museo se la dejé en carpeta. Es lamentable lo que ocurrió.
¿Ha vuelto al museo?
Sí. Me gustó mucho la obra que estuvo en el hall, de la artista finlandesa que trabaja con ropa, y la exposición antológica de Hernán Miranda en la Sala Matta.
¿Siente nostalgia?
Claro, 18 años es una parte importante de la vida y era un cargo no rutinario. Pero sentí que ya había pasado un período largo, quería más autonomía, dedicarme a leer y a hacer clases, antes que todo soy profesor. Esta nueva sala me ayudará a quitarme las ganas, podré proyectar muestras y trabajar en los montajes. Será como un pequeño museo.
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