Mulet se distancia de Zaldívar y rompe con 20 años de sociedad política

Acercamiento del diputado PRI a Enríquez-Ominami y dichos sobre eventual bajada del candidato colorín gatillaron el quiebre.




"Traición", dicen en el entorno de Adolfo Zaldívar, fue una palabra que el líder colorín repitió constantemente el domingo. Un día antes, en declaraciones a la Radio Amiga de Vallenar, Jaime Mulet se había abierto a la posibilidad de bajar la candidatura presidencial del senador del PRI y apoyar a Marco Enríquez-Ominami.

Se rompía así una férrea alianza política que comenzó a gestarse en 1989, cuando el actual presidente del PRI, de entonces 25 años, trabajó en la fallida candidatura a senador de Zaldívar por Atacama, ganándose el respeto y la confianza del actual presidenciable.

Ayer, en Valparaíso, ambos parlamentarios dieron una rueda de prensa conjunta para decir que siguen siendo "muy amigos", afirmar que en sus dichos del sábado Mulet sólo se refería a la carrera parlamentaria y anunciar que la opción presidencial del PRI se definirá en un consejo general el  29 de agosto.

Sin embargo, miembros del PRI agregan que en la ocasión aprovecharán de encarar a Mulet por sus últimas intervenciones públicas. Básicamente, le recriminan diversos gestos de acercamiento a Enríquez, lo que es visto por Zaldívar y sus cercanos como una acción personalista para asegurar su cupo en Vallenar y desmarcarse de una candidatura presidencial que no supera el 1%, según la encuesta CEP.

Su acercamiento a Enríquez -opción que lo ha enfrentado a Zaldívar, quien ha barajado también un apoyo a Sebastián Piñera- lo interpretan como un intento por obtener el apoyo de quien es respaldado por dos alcaldes fuertes del distrito 6: Vallenar y Tierra Amarilla.

EL "GATO CON BOTAS"
Cuando en 1989 Zaldívar se postuló en la DC para ser senador por Atacama, el dirigente local falangista Juan Mulet -padre del actual diputado- apoyó a su rival: Genaro Arriagada. Sin embargo, tras el triunfo interno del colorín, trabajó por Zaldívar junto a su hijo Jaime, quien llamó la atención del actual senador y se convertiría en su delfín político. Por su "habilidad política", Zaldívar dedicaría más tarde a Mulet el apodo de "gato con botas". En enero de 2002, el líder colorín solicitó al diputado que lo acompañara en su carrera para presidir la DC, como secretario general.

Se terminó de sellar entonces una sólida alianza que marcó la conducción de la DC. En enero de 2007, Zaldívar pidió a Mulet que elevara una candidatura para sucederlo en la presidencia de la DC y enfrentarse a su rival histórica: Soledad Alvear.

Tras la derrota, ambos adquirieron juntos una oficina frente al cerro Santa Lucía y, tras la expulsión de Zaldívar de la DC, Mulet lideró el éxodo de diputados leales al colorín desde la Falange.

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