Negocios riesgosos: Los días difíciles que protagoniza Iván Zamorano

Momentos complicados vive el ex capitán de la Selección Chilena. No es primera vez que los balances no le cuadran.




Iván Zamorano hoy prefiere el silencio. El destape de su deuda con tres bancos, con juicios de por medio, le incomoda. A quién no. Poco antes del Mundial, sin embargo, el ex delantero hablaba de negocios y emprendimiento desde el escritorio de su oficina en la ciudad deportiva que lleva su nombre.

Sus reflexiones sobre lo que significa ser un empresario, sin conocer lo que hoy diría Bam Bam, se pueden tomar como señales de cómo se generó el hoyo financiero que hoy le aflige. "Yo no soy de números, yo soy pasional, para los números tengo a los que son de números, yo soy mucho más pasional, mucho más de piel", enfatizó Zamorano en una entrevista a la Revista Alma.

No es primera vez que el goleador de Real Madrid, Inter de Milán y la Selección atraviesa una situación de este tipo. En 2009, de hecho, la revista Qué Pasa publicó el delicado estado de los balances de su Ciudad Deportiva (fundada en 2002), con pérdidas cercanas a los 300 millones de pesos. Incluso se habló de un posible traspaso a la Universidad San Sebastián, que el gerente general del complejo, Wilson Flores, negó tajantemente.

Flores se transformó en el hombre fuerte de los negocios de Zamorano por su condición de cuñado del mundialista. De hecho, también está involucrado en los juicios de los bancos BCI, Itaú y Santander contra las sociedades económicas del ídolo deportivo, según publicó Emol el martes.

Uno de los pilares del pensamiento empresarial de Zamorano es que los negocios se manejan en familia. "La lealtad es el valor más importante para Iván. Y el asume que en su familia siempre serán leales con él", indica un miembro del círculo más cercano del ex jugador. En la entrevista que dio previo al Mundial de Brasil, el mismo ariete dejó clara su visión del asunto: "Creo mucho en las personas, en ese sentido, creo mucho en el liderazgo".

Desde que se retiró del fútbol, en todo caso, Bam Bam ha buscado perfeccionarse en un mundo que todavía es nuevo para él. Estudió administración de empresas y realizó cursos de gestión deportiva. Sin embargo, el manejo de su patrimonio siempre ha sido bajo el concepto de delegar. En sus equipos de trabajo hay abogados, contadores e ingenieros comerciales. Las decisiones que toma Zamorano, la mayoría de las veces en conjunto con su hermana Erika (directora de la Fundación Iván Zamorano) se basan mucho en la información que recibe de sus especialistas.

Así, por ejemplo, abrió una segunda ciudad deportiva, en la Octava Región, que ha tenido el éxito económico que esperaba. Para este año, además, puso en marcha un proyecto solidario de ayuda a menores de edad en riesgo social. Todo, obviamente, ligado al deporte.

Otro de sus negocios es la sociedad de representación deportiva PassBall, donde trabaja con su compadre y ex compañero de equipo, Hugo Rubio.

Los grandes ejes de su patrimonio, sin embargo, se concentran en Inca Sociedad de Inversiones Limitada y la Sociedad de Inversiones Santa Alicia Limitada, además de la Ciudad Deportiva Iván Zamorano. Estos tres entes están involucrados en la demanda presentad por banco BCI, por un monto de 1.669.029.798 de pesos. Itaú, en tanto, presentó un recurso por una deuda de $ 301 millones. La de Santander, que se conoció ayer, es por cerca de $ 39 millones, interpuesta en el Primer Juzgado Civil de Santiago. En total, más de dos mil millones de pesos que tienen a Zamorano con propiedades embargadas y con su nombre manchado por los malos balances de sus negocios.

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