"Ningún español tiene más crédito que España"

A medida que España paga más por el dinero que pide prestado, las familias españolas tendrán cada vez más dificultades para superar el impacto de la crisis.




Hay un número que parece tener en vilo a todos los españoles en los últimos días. Se trata de la "prima de riesgo", una especie de tasa adicional que tienen que pagar los países para convencer a los inversionistas de que les presten dinero.

¿Por qué es importante ese indicador ahora para España? Porque en este momento el país está colocando deuda. O, dicho de otra forma, está pidiendo dinero prestado. Un dinero que tendrá que devolver en un año o en 18 meses, según sea el caso.

Si la prima de riesgo de España sube, el interés que tendrá que pagar por ese dinero que le presten ahora tendrá que ser mayor. Por lo tanto, le resultará más caro financiarse.

Lo concreto es que en estos últimos meses, la prima de riesgo española no ha hecho más que subir y a principios de esta semana se ubicó en 370 puntos, un nivel que muchos consideran "peligroso".

Esto explica por qué en la subasta de deuda pública celebrada este jueves, España haya tenido que ofrecer un punto más de interés que en la subasta anterior por sus Letras del Tesoro con vencimiento dentro de 12 meses.

Y medio punto adicional para los papeles que vencen dentro de 18 meses.

Esto significa que el país tendrá que pagar 3 euros con 70 céntimos por cada 100 euros de inversión para las letras a un año y casi 4 euros por cada 100 para las que vencen en año y medio.

¿Y ESTO COMO ME AFECTA A MI?

Es la pregunta que se hacen muchos españoles cuando escuchan hablar en las noticias de colocaciones de deuda y primas de riesgo. La explicación podría dejar a muchos deseando no haber preguntado.

"El Estado tiene maneras de recaudar dinero que los ciudadanos no tenemos", le explica a BBC Mundo David Anglés, de Funds People, una revista especializada en fondos de inversión en Europa y América Latina.

Los ciudadanos de a pie solo pueden financiarse por medio de los bancos. "Hay una tasa de interés que fija el Banco de España (banco central), pero nadie presta dinero a esa tasa sino a la que se establece a partir de la prima de riesgo", explica Anglés.

En consecuencia, será cada vez más caro para las familias y para las empresas conseguir dinero prestado, si es que se lo prestan. Eso, lógicamente, tiene impacto sobre la posibilidad de generar ingresos y la recuperación económica.

"Ningún español tiene, en este momento, una calificación de riesgo mejor que la de España", ilustra Anglés, para dejar claro que nadie en España conseguirá un crédito más barato que los que le dan al propio país.

Este panorama, sumado a la posibilidad de que aumenten algunos impuestos o se creen nuevos y a los anunciados recortes en muchas áreas del gasto público pinta un cuadro aún más sombrío para muchas familias.

"Las que tengan un ingreso más a menos estable van a tener que restringirse aún más, y las que no tienen ingresos la van a pasar peor", vaticina David Anglés.

LA SUMA DE LAS PARTES

Los problemas crediticios de España están asociados, entre otras cosas, a su relación con la moneda común europea. Tras los problemas de Grecia, Irlanda, Portugal e Italia, la desconfianza de los mercados hacia la zona euro es cada vez mayor.

¿Seguirá existiendo la moneda común europea? ¿En qué condiciones?

Estas son algunas de las interrogantes que están planteadas y que ya se hacen, incluso abiertamente, algunos actores económicos.

A pesar de que estos países han tomado medidas muy concretas de ajustes, el problema de la credibilidad persiste. Es decir, no parece haber confianza es que estos países lograrán superar sus dificultades actuales, al menos en el corto plazo.

Para los especuladores resulta más o menos fácil –y bastante rentable- "atacar" a países como Grecia, con una prima de riesgo de 1400 (en comparación con 360 de España).

Por eso España, entre otros integrantes de la unión monetaria, han exigido un compromiso de apoyo más claro de parte de Alemania y Francia, las dos economías más sólidas de la eurozona y contra las que muy pocos especuladores se atreverían a apostar.

Para muchos parece estar claro que ya no se trata únicamente de que los países más afectados "hagan los deberes" sino también de que todos demuestren que la moneda que les une vale más que la suma de sus partes.

Comenta

Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.