Por qué no se pueden comer las 84 vacas y toros que murieron a causa de una tormenta eléctrica en Brasil
Una granja del sureste de Brasil sufrió un inusual y terrible incidente: una tormenta eléctrica mató a 84 de sus vacas y toros.
Los animales -que estaban refugiadosde la lluvia bajo unos árboles en la aldea de Pedregulho, en Sao Paulo- fallecieron de manera instantánea el martes pasado.
Este número de cabezas de ganado muertas por un rayo es el más alto registrado en Brasil en años recientes.
El incidente podría costar a los dueños de la granja Cabreuva unos US$100.000 ya que los animales no estaban asegurados, de acuerdo a uno de los miembros de la familia propietaria de la granja.
No habrá barbacoa
Para empeorar las cosas, las autoridades locales determinaron que ninguna parte de las animales puede ser aprovechada.
"Nuestra recomendación es que los cadáveres sean quemados y enterrados. La calidad de la carne del ganado que ha sido alcanzado por rayos no puede ser garantizada. En estos casos la sangre se coagula rápido y no permite el sangrado, un paso crucial para evitar la contaminación", dijo a la BBC un portavoz local del Ministerio de Agricultura.
La muerte de animales por rayos no es tan rara.
De acuerdo a expertos, podría representar casi el 80% de los incidentes fatales del ganado en Estados Unidos.
Reunión peligrosa
La muerte de personas por rayos tampoco es rara. Hasta 24.000 mueren cada año.
Sin embargo, el ganado pasa mucho más tiempo al aire libre y, por lo tanto, está más expuesto a las inclemencias del tiempo.
También, los animales tienden a juntarse durante las tormentas y eso los hace un blanco más fácil para los rayos.
Tampoco es bueno ponerse bajo un árbol.
Los expertos aseguran que un 70% de los humanos sobreviven tras ser alcanzados por un rayo, un porcentaje mucho mayor que el que se da entre el ganado.
Eso se debe a que su masa corporal es más grande, lo que significa un daño mayor a sus tejidos por una descarga eléctrica.
También porque es muy raro que un rayo les caiga a las personas directamente. Casi siempre les llega en forma de descarga eléctrica distribuida en el suelo.
Un rayo puede detener el corazón o la respiración de una persona, pero puede ser peor para los animales porque la corriente viaja a través de todo su cuerpo, entre las patas delanteras y traseras.
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