Obama enfrenta con dificultad las elecciones que determinarán sus últimos años de mandato

La oposición republicana tiene la posibilidad de lograr el control del Senado, con lo quedaría en sus manos la totalidad del Congreso.




El tono de los dos últimos años de la gestión del Presidente de EE.UU.  Barack Obama podría quedar condicionado por el resultado de las elecciones parlamentarias del próximo martes 4 de noviembre. Eso porque, según algunas de las proyecciones y los análisis, el Partido Demócrata (la tienda política del Presidente de Estado Unidos) podría perder el Senado, con lo cual el opositor Partido Republicano tendría la mayoría en las dos cámaras del Congreso norteamericano.

Los republicanos sólo necesitan seis asientos más en la Cámara Alta para arrebatársela a los demócratas y tener en sus manos la totalidad del Congreso, ya que controlan la Cámara de Representantes desde las elecciones de 2010. Un escenario así dificultaría los dos últimos años de gobierno de Obama en el Despacho Oval y podría condicionar su agenda.

En estos comicios de "medio término", los electores estadounidenses deben renovar la totalidad de los 435 escaños de la Cámara de Representantes que, de acuerdo con los analistas debería seguir siendo controlada por los republicanos, y escoger a un tercio del Senado (de total de 100 escaños), más tres cupos vacantes, ya sea por el retiro o muerte de sus titulares. Es decir, un total de 36 senadores.

En la Cámara Alta saliente, los demócratas tienen 55 asientos (incluye a dos independientes prodemócratas) frente a 45 de los republicanos, mientras que en la Cámara de Representantes la proporción es de 233 republicanos frente a 199 demócratas, aparte de tres puestos vacantes.

Las señales apuntan a una elección compleja para los demócratas, de la mano de los bajos índices de aprobación de Barack Obama que no superan el 45%, según los últimos sondeos.  "Obama tiene números de aprobación muy bajos y es importante para los demócratas que se presentan no hacerlo 'con' Obama, sino hacerlo sobre la base de sus asuntos estatales y locales, donde pueden esgrimir una sólida argumentación a su favor", explicó a la agencia Efe el profesor de Ciencia Política de la Universidad de Iowa, Steffen Schmidt.

Las proyecciones muestran que los republicanos arrebatarán a los demócratas Montana, Dakota del Sur y Virginia Occidental, estados en los que los actuales senadores en ejercicio no se postulan a la reelección.

En todo caso, la batalla más intensa se plantea en cinco estados claves, de los cuales los republicanos necesitarían tres victorias para lograr su objetivo común. Estos son Carolina del Norte (donde Obama ganó en 2008, pero perdió en 2012, y donde las minorías, como los hispanos, podrían ser determinantes), Iowa (donde en las últimas semanas los sondeos se han mostrado desfavorables para el representante demócrata que quiere tomar el testigo del senador saliente Tom Harkin), Colorado (en medio de grandes cambios demográficos y con una población latina que puede ser crucial) y los estados tradicionalmente republicanos Louisiana y Arkansas, donde dos senadores demócratas deberán intentar retener sus escaños.

Sea como fuere y aunque las expectativas parecen más promisorias para los conservadores, que tienen margen de error para hacerse con la mayoría del Senado, algunos analistas consideran que el descontento con la gestión de Obama no es completamente traspasable a los abanderados demócratas, ya que también hay mucho enojo de los electores con los republicanos por el manejo del control de la Cámara de Representantes que, incluso, llegó a provocar el cierre del aparato estatal hace un año. 

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