Osvaldo Andrade: "Cuando Bachelet llega a la presidencia, también llega el Partido Socialista"
El timonel socialista desmitifica la aparente distancia de la ex presidenta y su partido: Somos la infantería y la estructura de la campaña.
"Hace tiempo", responde el presidente del PS, Osvaldo Andrade, cuando se le consulta desde cuándo no conversa con la ex mandataria Michelle Bachelet. No quiere precisar, dice, porque "esto genera todo tipo de comentarios y se sacan todo tipo de conclusiones". Pero remata: "Se lo voy a decir de la siguiente manera: la vez que yo hablé con ella fue suficiente".
Andrade desmitifica la distancia que tienen el PS y el PPD de la nueva candidatura de Bachelet, aunque admite que existen tensiones por la decisión de la ex mandataria de mantener a los dirigentes políticos en una segunda línea.
En la escenografía de regreso de la ex Presidenta Bachelet ha sido comentario obligado la ausencia de los jefes del PS y del PPD. ¿Cómo se la explica usted?
Ella vuelve y es natural que la reciban los chilenos y chilenas, porque su liderazgo excede mucho a los partidos, entonces para qué lo vamos a reducir. ¿Cuánto sacamos en las municipales el PS-PPD? 23%. Y ella es el 60% de gente común y corriente. Pero los partidos vamos a jugar un rol, que no le quepa duda, porque tenemos infantería, la representación en todas las regiones y las campañas se hacen desde la estructura.
Señala que los partidos reducen a Bachelet. ¿Tienen que resignarse a un segundo plano en esta campaña?
Digo que representamos menos. En consecuencia, la adecuada relación entre la candidatura y los partidos es una tensión que hay que ir resolviendo. Hay una tensión, eso no lo pongo en duda. No me cabe duda que algunos quisieran estar adentro, ojalá esperándola en la puerta del avión, si la naturaleza humana también hay que considerarla. Pero la decisión política de hacer un énfasis en la relación de Bachelet con la ciudadanía es una decisión que a lo menos cuenta con el respaldo del PS. Me siento en condiciones de opinar y dar mi punto de vista y, en consecuencia, si estoy en la trastienda y tengo la posibilidad de opinar de mi punto de vista, estoy tranquilo. Prefiero eso a estar en la primera línea callado.
¿Qué autocrítica pueden hacer los partidos respecto de esa decisión política que los excluye de la primera línea?
Una incapacidad de escuchar y representar. Los partidos pensaron que todo se hacía desde el gobierno. Eso implicó que nuestra relación con la ciudadanía se perdió. Cuando una persona iba a hablar con un dirigente uno lo mandaba a hablar con un seremi o con un jefe de servicio y se perdió ese vínculo. Y cuando los partidos pierden su vínculo con su fuente de cimentación, se desprestigian, porque la gente dice 'bueno y para qué me sirven, si yo puedo ir directamente'. A eso agregue otras cosas: malas prácticas, todo lo que quiera. Los partidos se burocratizaron y las elites burocráticas también son portadoras de abuso.
Hay ritos en los que la ausencia de los dirigentes en situaciones como el regreso de Bachelet pretenden enviar señales. En este caso, de su influencia en la candidatura y su nuevo gobierno...
El 13 de abril la proclamaremos. Por qué esta angustia, esta cosa tan extraña que se produce. Mire, si cuando llega Bachelet a la presidencia llega también el Partido Socialista. Cuando llegó Allende a la presidencia, también llegó el PS.
Entonces, el problema no es la influencia de los partidos en la campaña, sino que la visibilidad de sus dirigentes...
Y como mesa PS a eso no le asigno ninguna importancia. El que sea más o menos visible... ¿Alguien tiene alguna duda de dónde milita Bachelet? O sea, alguien tiene alguna duda de que Bachelet es socialista? ¿Es necesario mandar a hacer un panfleto para decir eso?.
¿Su llamado a los parlamentarios y dirigentes es que no salgan en la foto?
La perspectiva de una colaboración con la candidatura de una persona que represente lo que representa, ¿a quién le sirve? A nosotros. Entonces, estas cosas hay que hacerlas bien, no generando esta lógica de protagonismo como la cuestión central, porque no vamos a ayudar. Y cuando ayudamos también nosotros vamos en esa vara. Quien no entienda eso no entiende nada de política.
¿El mensaje es estar en segunda línea para no espantar al ciudadano común?
Tratemos de llegar al siguiente acuerdo: tensiones va a haber, no he conocido ninguna campaña en que estas tensiones no se produzcan entre el comando y los partidos. Pero el objetivo político es elegir a Bachelet.
Además de aceptar esta invisibilidad, ¿cómo ha contribuido el PS a ese objetivo en los últimos meses?
Cuando Bachelet habla de una nueva mayoría político y social, ¿quién hizo el esfuerzo de tener una buena relación con la DC, incluso ir juntos en la elección? ¿Quién ha estado hablando con el PC, con el PRI, con Navarro? ¿Quién invitó acá al PRO? El partido de la presidenta.
¿Usted está en condiciones de decir que la oposición de 2010, la que fue derrotada por la derecha, hoy está mejor, tiene mejores prácticas o un elenco renovado de dirigentes?
Elegimos 141 alcaldes en primarias. Esta es una nueva oposición. Vamos a elegir al candidato en primarias, con debate. Les hemos garantizado participación a independientes, abrimos la puerta y ésta sigue abierta. Hemos ampliado nuestro ámbito de acción política. Pero le voy a decir algo, no creo en la teoría de los rostros nuevos per se. Creo que siempre será necesario articular experiencia y vigor, por decirlo de alguna manera.
¿El principal problema de Bachelet son las altas expectativas sobre su triunfo?.
Esto no es carrera ganada. Eso hay que desestimarlo de inmediato, porque la derecha tiene un respaldo electoral homogéneo a lo largo de su historia, ya con Pinochet, y además ahora tienen un gobierno que decidió intervenir brutalmente en la campaña, y en segundo lugar está el tema de las expectativas de contenido. Si algunos creen que en cuatro años se va a hacer todo lo que se dice estamos cometiendo un acto de demagogia brutal.
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